En el panorama de la migración latinoamericana hacia Europa, los cubanos se destacan notablemente, ocupando la tercera posición entre las nacionalidades que más solicitan el visado Schengen. Este hecho es significativo, considerando la población total de Cuba, que ronda los 11 millones de habitantes.
Durante el año 2022, los cubanos presentaron 39 mil 931 solicitudes de visa, lo que representa el 18.4% del total de 215 mil 969 peticiones provenientes de Latinoamérica. A pesar de este alto número de solicitudes, solo el 75% de estas fueron aprobadas, reflejando una tasa de rechazo del 25.2%, una de las más altas en la región, precisa el último informe de Schengen Statistics.
Los ecuatorianos y dominicanos encabezan la lista con 75.094 y 43.996 solicitudes respectivamente. Estas tres nacionalidades, sumadas, abarcan el 73.6% del total de aplicaciones de la región. Este dato resalta no solo el deseo de los latinoamericanos de explorar nuevas fronteras, sino también las complejas dinámicas socioeconómicas que impulsan la migración.
España se consolida como el destino más anhelado por los solicitantes de visa Schengen en Latinoamérica, acaparando el 62% de las solicitudes de siete nacionalidades distintas, incluyendo a los cubanos, de los cuales el 40.2% eligió este país.
La preferencia por España puede atribuirse a factores lingüísticos, culturales y la presencia de redes migratorias ya establecidas. Por otro lado, los surinameses se inclinan mayoritariamente por los Países Bajos, reflejando lazos históricos y coloniales.
La alta tasa de rechazo a las solicitudes de los cubanos por parte de los consulados europeos es un reflejo de diversas problemáticas. Estas incluyen desde la situación económica y política de Cuba hasta la percepción de riesgo migratorio por parte de las autoridades europeas. A pesar de esto, los cubanos continúan intentando obtener el visado Schengen, lo que indica un fuerte deseo de buscar mejores oportunidades de vida, empleo, educación y, en algunos casos, reunificación familiar.
En términos económicos, las solicitudes de visado Schengen implicaron un desembolso total de 17.2 millones de euros por parte de los solicitantes latinoamericanos. Los ecuatorianos, dominicanos, cubanos y bolivianos fueron los que más invirtieron en este proceso, evidenciando no solo el costo financiero de la migración, sino también la inversión en un futuro percibido como más prometedor.
La visa Schengen es un documento que permite a su titular viajar libremente dentro del Área Schengen, compuesta por 26 países europeos. El proceso de solicitud varía según el país destino, pero generalmente requiere de varios pasos, incluyendo la determinación del tipo de visa necesaria, el llenado de un formulario, la reunión de documentos de respaldo, el pago de la tarifa correspondiente, la programación y asistencia a una entrevista, y la espera de una decisión.
Este proceso no solo es administrativo, sino que también implica una carga emocional y psicológica para los solicitantes, quienes depositan en esta gestión la esperanza de un cambio vital. La persistente demanda de visas Schengen por parte de los cubanos subraya sus aspiraciones y necesidades en un contexto global marcado por desafíos económicos, políticos y sociales.
A pesar de los obstáculos y las altas tasas de rechazo, los cubanos continúan buscando caminos hacia Europa, evidenciando una resiliente búsqueda de nuevas oportunidades y un futuro mejor. Este fenómeno no solo es un reflejo de la situación en Cuba, sino también un indicativo de las tendencias migratorias globales y las dinámicas entre Latinoamérica y Europa.
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Redacción Cubanos por el Mundo