En un caso ocurrido en la comunidad de Monsano, Italia, una joven de 17 años fue brutalmente agredida en el baño de la discoteca Miami por dos chicas, una de ellas motivada por celos, que fueron “auxiliadas” presuntamente por una cubana.
La víctima, residente en Montemarciano, sufrió una paliza que incluyó patadas en la cara y un rodillazo tan violento que le rompió el tabique nasal, lo que resultó en una hospitalización con un pronóstico de recuperación de 30 días.
El incidente, que tuvo lugar entre la noche del 16 y la madrugada del 17 de febrero de 2019, llevó a juicio a tres jóvenes acusadas de lesiones personales. Entre ellas, una cubana de 23 años que jugó un papel crucial, aunque no de la manera que inicialmente se pensaba.
Acusada de actuar como cómplice al vigilar la puerta del baño para evitar que alguien interviniera, la joven cubana fue finalmente absuelta por el juez Carlo Cimini; en una decisión que subraya la complejidad de los casos de violencia y el papel de cada individuo involucrado en ellos.
La absolución de la joven cubana no deja de ser controversial. A pesar de las acusaciones iniciales, el juez Cimini, tras escuchar a los testigos y analizar las pruebas, determinó que no había suficiente evidencia para condenarla por la golpiza recibida por la víctima; un veredicto que no solo libera a la cubana de las responsabilidades legales, sino que también plantea interrogantes sobre la percepción y el tratamiento de los cómplices en actos de violencia.
Por otro lado, la marroquí de 28 años involucrada en el ataque fue condenada, enfrentando una multa de 1500 euros y la obligación de compensar a la víctima con 7000 euros por los daños y lesiones causados. Este fallo refleja la gravedad con la que el sistema judicial trata los actos de violencia física, especialmente aquellos motivados por emociones destructivas como los celos, dijo Il Corriere dell´Adriatico.
La víctima, en su testimonio a los carabineros y luego al juez, describió un ataque implacable, donde fue golpeada incluso estando en el suelo. La agresión, aparentemente fue desencadenada por la sospecha de infidelidad. La chica marroquí pensaba que esta estaba con su chico.
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