La cola que compartimos a continuación podría transcurrir en cualquier lugar de Cuba y es, a no dudarlo, el verdadero rostro de una “revolución” fallida.
En ella se agolpan madres, hijos, ancianos, adolescentes y niños, los hijos de Dios, moribundos y olvidados en el supuesto paraíso de las Antillas.
Todos aguardan por un pedazo de pan, un mendrugo para llevarse a la boca, probablemente sin nada para acompañarlo.
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Mientras estas imágenes transcurren, los representantes de la obesocracia castrocanelista, supervisan planes, presiden reuniones y exigen más “resistencia creativa” a los de a pie.
Así es el día a día de los cubanos, cansados ya del discurso oficial y de la muela barata del “bloqueo” y el “enemigo” del norte.
“Son las 5:00 pm y no ha llegado el pan desde las 6:00 am”, dice la persona que, desde una motorina, graba la inmensa y tortuosa cola.
“To´ eso es pal pan, Otaola”, detalla el señor, mientras hace un travelling desde “nuestras ahuecadas y mugrientas calles”, como dijera el pastor cristiano Carlos Sebastián Hernández.
“Solamente el pueblo cubano es el que puede acabar con las colas y la miseria TODOS PARA LA CALLE!!!!!!!!!!!!!!!!!”, escribió @mariocurras.
Desde nuestro canal oficial en Instagram, muchos comentaron esta tristísima historia, que se repite día tras día en la Isla-Cárcel.
“Se les va la vida en colas, Yo quisiera tener de regreso todo el tiempo perdido en colas para coger la guagua, para comprar los mandados, para hacer trámites. La vida se te va en colas”, lamentó @janoezmaes.yu
Para @gualbertoglez “Ese es otro logro absoluto de la robailusion, LAS COLAS”, mientras @bounce_house_party aseveró que “Mientras sean sumisos, eso es lo que les toca”.
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El influencer Alexander Otaola ha llamado a los cubanos de la Isla a manifestarse quince días sin descanso para conquistar la anhelada libertad.
Muchos han salido a las calles a protestar, a mostrar su descontento, a rebelarse contra el tirano opresor.
Pero la mayoría, cansada y agobiada por el hambre, derrotada por el peso de la indiferencia y la desesperanza, apenas consigue fuerzas para sobrevivir, aunque para ello solo tenga a la mano el pedazo de pan, un solito pan.
Redacción Cubanos por el Mundo