Una imagen bastaría para sintetizar qué tan atractiva e importante resulta la mal llamada Liga Élite del béisbol cubano.
Sendas fotografías muestran la poca asistencia de público y el gasto de energía que supone prender las luces de un estadio de béisbol.
Todo esto en tiempos de contingencia, de crisis imparable, de cortes de electricidad y “alumbrones” en todo el país, menos en las mansiones de los dirigentes.
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Súmele a ello la terquedad de las autoridades deportivas por aferrarse a una cima beisbolera que ya se le hace esquiva a los equipos Cuba en cualquier evento de cualquier nivel.
Agregue usted todo el despliegue organizativo que supone un evento deportivo: transporte, alimentación, hospedaje, implementos deportivos y un largo etcétera.
Las fotos fueron publicadas por el periodista oficialista Eduardo Grenier Rodríguez, articulista de Juventud Rebelde y su primo hermano “Cubadebacle”.
“Tremenda asistencia en el Guillermón hoy. Dejo la evidencia porque después vienen algunos a decir lo contrario…”, escribió el “valiente” reportero.
A su tuit quizá le faltaron unas comillas. Debió textear “tremenda” asistencia, para ironizar un poco, pero ya hizo bastante el colega.
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Las fotos llegaron un día después de que se inaugurara la segunda Liga Élite del Béisbol Cubano, que tuvo su inauguración en Las Tunas.
“El torneo invernal de la isla prevé cumplir un calendario de 40 juegos en la fase regular por cada selección antes de la postemporada entre los primeros cuatro en el ordenamiento, con fecha en el mes de enero de 2024”, dice una nota de Radio Rebelde.
El reporte reconoce que la mayoría de los mejores jugadores radicados en Cuba cumple compromisos de trabajo en varias ligas profesionales de la región.
Pero, pese a ello, “los organizadores de la LEBC han previsto oportunidades en el reglamento para que puedan incorporarse en cualquier momento a sus respectivos equipos.”
Pese a los tortuosos e interminables apagones y a la situación menesterosa que viven los cubanos, se jugará en horas de la noche, a partir de las 6:30 p.m.
“Además de favorecer el espectáculo, asegura la posibilidad de un mejor balance juego-entrenamiento, según explican los técnicos”, reseña la nota.
Las fotos en el estadio Guillermón Moncada de la oriental provincia Santiago de Cuba son un botón de muestra de lo que es la liga “élite” cubana.
“Imagínese usted que en Santiago de Cuba el transporte en los horarios labores está intratable, más aún de noche, para no decir que es nulo. El estadio está lejos de las zonas de mayor residencia de la ciudad y encima de eso el equipo pierde”, se lamentó Abraham Enrique Mesa Berroa.
Y por ahí pa´ allá, como dicen los guajiros, llovieron y lloverán los comentarios.
Redacción Cubanos por el Mundo