Ernesto Barrios, un hábil relojero cubano, ha demostrado que la perseverancia y la creatividad pueden ayudar en medio de desafíos económicos.
Hace dos años, Barrios vio una oportunidad única para marcar la diferencia después de que las autoridades levantaran una prohibición que había estado en vigor desde poco después de la revolución de Fidel Castro en 1959.
Aprovechando las nuevas regulaciones, el relojero cubano fundó “Tiempo de Luz”, la única empresa en Cuba dedicada a la producción y venta de relojes de pulsera, relojes de mesa y de pared. ¿El enfoque innovador? Estos relojes son ensamblados a partir de relojes desechados y materiales reciclados disponibles localmente, marcando una verdadera iniciativa de sostenibilidad.
“Estamos ocupando un nicho vacío”, compartió Barrios, de 41 años, durante una reciente entrevista con Reuters en su tienda en La Habana. Allí, sus empleados realizan meticulosamente el ensamblaje de relojes utilizando piezas recopiladas de relojes antiguos y materiales crudos, como madera, cuero y fibras naturales encontradas en la isla caribeña.
TE PUEDE INTERESAR: De Cuba a Capitán y al Congreso de los EEUU: Rafael E. Díaz, una trayectoria inspiradora
Una de las ventajas clave del emprendimiento de Barrios es que no depende de la importación de materiales, destacando la autenticidad y la identidad local de sus productos.
Cuba, durante décadas, mantuvo fuertes lazos con la Unión Soviética, permitiéndoles importar diversos productos. Sin embargo, tras el colapso del bloque en 1991, productos comunes, como los relojes, desaparecieron prácticamente de las tiendas estatales.
“Hace años, había una gran diversidad de relojes rusos en Cuba y hoy en día ese mercado de relojes está vacío”, reflexiona el relojero cubano sobre el cambio en la oferta y la demanda.
A pesar de las dificultades más recientes, como la escasez de alimentos, combustible y medicinas, Barrios y su pequeña empresa de cuatro personas están logrando avances significativos. Su creatividad y enfoque en la producción local han permitido que sus relojes “Hechos en Cuba” estén en exhibición en varios hoteles de La Habana y en tiendas selectas de la capital cubana.
La historia de Barrios no solo destaca su habilidad como relojero, sino también su capacidad de prosperar en un entorno duro, pobre y difícil, mantenido por el régimen castrista.
Cuban clock maker keeps on ticking despite economic woes https://t.co/6PuOVr5S3f pic.twitter.com/h9z6M2OePR
— Reuters (@Reuters) November 10, 2023
Redacción Cubanos por el Mundo