Tres años después de que un balcón se desplomara en la provincia de La Habana y causara la muerte de tres niñas, autoridades del aparato de injusticia del régimen castrista buscan encarcelar a la familia que vivía en el edificio en ruinas.
La información fue denunciada en el ciberespacio, donde se reveló que los afectados podrían enfrentar una condena de hasta siete años de prisión por este trágico acontecimiento.
Entretanto, los residentes del inmueble, que se localiza en la intersección de Águila y Revillagigedo, aseguran que son inocentes y que no tienen ninguna responsabilidad en el fatal accidente que le costó la vida a las jóvenes identificadas como Maria Karla Fuentes, de 12 años, Lisnavy Valdés Rodríguez, de la misma edad, y Rocío García Nápoles, quien contaba con un año menos que las dos primeras.
Además de eso, estos vecinos de La Habana también acusa al régimen castrista de haber ignorado las investigaciones sobre las posibles causas del derrumbe, que ellos atribuyen a la demolición negligente del edificio, que se inició por la parte trasera sin ninguna medida de seguridad ni prevención.
No obstante, la familia afectada muestra las condiciones deplorables en las que se veían obligados a vivir, ante la falta de opciones habitacionales y la indiferencia de las autoridades, algo que, lamentablemente, ya es común en la mayor de las Antillas.
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Lo que seguramente no menciona el régimen es que, en toda Cuba, cada una de las edificaciones corren riesgo de derrumbe debido al deterioro que presentan. Claro está, a las autoridades les interesa más seguir construyendo hoteles para atraer a los turistas y, por supuesto, las divisas que terminan en sus bolsillos, mientras la vida de los habitantes corre serio peligro.
Redacción de Cubanos por el Mundo
