Ortelio Machado, un holguinero que asegura conoce desde que él era practicamente un niño a Alexis Triana, y con quien lidió casi todos los días cuando él comenzó en el mundo de la Cultura en la provincia de Holguín, accedió a conversar con Cubanos por el Mundo para revelarnos algunas anécdotas interesantes del pasado de este sicario cultural del régimen cubano, recientemente nombrado Director del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos , (ICAIC)
Machado asegura que por ese entonces, Alexis Triana era un “transgresor” del sistema. Un tipo que iba contracorriente, y que se fue ganando favores de muchas personas a su alrededor hasta que empezó al frente del proyecto de Romerías de Mayo.
Ortelio afirma que mientras Triana estuvo de presidente de la Asociación Hermanos Saíz, entrar a la AHS era practicamente imposible, algo que cambió con la entrada de Tatiana Zuñiga, esposa de Alexis Triana, de quien se rumora tenía relaciones lésbicas con Liz Cuesta, de las que incluso participaban Triana y Díaz-Canel. Al menos eso sostiene Juan Juan Almeida, quien asegura tiene una fuente que posee fotografías y todo de algunos de esos encuentros.
Ortelio destaca que una vez que él fue promovido dentro de la AHS, conoció la peor faceta de Alexis Triana.
“Yo recuerdo a Alexis Triana como un tipo bastante de déspota. Alexis siempre fue
lo más despota del mundo. Alexis era el tipo que le daba un escándalo con la falta de respeto mayor a
cualquier intelectual, a cualquier persona que estuviese por debajo de él,” comienza diciendo.
“Yo recuerdo a Alexis, en aquellas reuniones de la Romería (de mayo) dándole escándalos olímpicos a las personas. Las hacía llorar incluso. Alexis, al que no lo servía, lo botaba incluso del Comité Organizador de las Romerías de Mayo, porque le daba la gana. Para él, estar en el comité organizador de la Romería de mayo era tener a Diós agarrado por las barbas, y entonces se daba el lujo de escandalizar a las personas,” afirma.
“Alexis Triana siempre ha sido un gran oportunista. Mientras lamía las botas de los funcionarios del Partido, de alguna manera intentaba lucir dentro del mundo artístico como un transgresor, dándose el aire del intelectual que transgrede lo que está impuesto por el régimen; pero al final era una fachada. Era o aún debe ser, una persona que incluso pasa por encima de cualquier amistad con tal de conseguir lo que desea; incluso, si tiene que hacerlo, traicionar a cualquiera.
“Yo recuerdo una amiga de allá de Holguín, que vino para acá para los Estados Unidos y él le dijo hasta hoy fuiste mi amiga. Alexis es capaz de pasar por encima de cualquier relación de amistad, con tal de mantener su silla. Es un gran hipócrita.
“Hay una anécdota que lo resume muy bien, y es que en una ocasión, en la casa de visita de la Asociación Hermanos Saíz, en Holguín, en la época en que Alexis era presidente, en la que él, junto con Mildred Legrá, quien ahora vive en los Estados Unidos, pues sucedió esto que te contaré.
“Esa mujer, una extremista a más no poder; una comunista empedernida, persona de la peor calaña, que ejercía como Presidenta de la Unión de Periodistas de Cuba, y que aún aquí desde los Estados Unidos sigue siendo esa gran combatiente contra los Estados Unidos, y a favor del régimen, estaba con Alexis Triana y se cuestionaban abiertamente cosas como “hasta cuándo van a estar en el poder”, “hasta cuándo se creen que pueden hacer lo que les da la gana y que nadie los cuestione”
“Hasta se burlaron de Fidel y Raúl. Todo eso ocurrió delante de mí, pero ellos no me podían ver porque yo estaba agachado haciendo algo o recogiendo algo del suelo cuando ellos entraron, los dos, visiblemente molestos por algo que les había pasado que no sé qué cosa fue.
“Ahí es donde tú te das cuenta como son todos estos tipos, que simplemente es una fachada. Ellos mismos son los primeros que estoy seguro que están en contra de ese sistema, pero para mantenerse en el poder, para mantener un estatus, para mantener las prebendas que les da el sistema, pues tienen que, por supuesto, pasarle por encima a lo que sea y a quien sea.
“Alexis Triana es como todos ellos. Sigue el mismo patrón. Es un gran oportunista, una persona que no
tiene escrupulos de ningún tipo para mantener un puesto, para mantener una silla y que le pasa por encima a lo que sea para ello.
“Ahora veremos cómo seguirá la censura a obras artísticas, a obras audiovisuales. Eso va a continuar. Pero esto no es Alexis Triana, esto es el sistema, es el sistema el que está podrido, es el sistema el que tiene ese cáncer terminal y que todo lo que se le parezca, que lo cuestione, que todo lo que le parezca que se le enfrente, con todo eso barre.
“Alexis Triana es ahora el elemento que está al frente del Instituto Cubano de Arte Industria Cinematográfica, y bueno ya veremos cómo sigue, por supuesto, la censura.
“Ahora veremos, por supuesto, que responde igual que Abel Prieto, Fernando León Jacomino. Todos esos tipos, forman parte de lo mismo, y Alexis va a formar parte de ese guión.
Alexis Triana era un proxeneta cultural; incluso traficaba quesos
Reinier Hernández es uno de esos artistas que un día llegó a Holguín a unas Romerías de Mayo, y de las primeras cosas que le preguntó Alexis Triana, es que si había venido solo. Acto seguido le propuso, si quería, que él podría hablar con una chica, que conocía a algunas; que todas esas guajiritas se desorbitaban por estar con un artista habanero. Hernández se negó.
“Desconozco qué jugada tenía él con eso, pero sin dudas era un proxeneta. Me dijo que a él lo que más le interesaba era que yo la pasara bien.
“Luego me pidió un favor. Que le llevara unos quesos a La Habana, para vender. Le dije que sí, pero pasó algo muy gracioso. Y es que hubo por esos días un problema de un apagón severo en el país, y él andaba con Díaz-Canel y en el hotelito donde él estaba, las camareras fueron y desconectaron los equipos electrodomésticos de las habitaciones para evitar que cuando regresase la corriente se afectaran.
“El caso es que Triana no volvió a esa habitación en tres días, y cuando volvimos, que yo fui a buscar los quesos porque ya me iba para La Habana, los quesos estaban podridos. Alexis se puso a llorar y decir malas palabras, y tuvo que ponerse a limpiar todo aquella pudrición y peste, mientras murmuraba que “se le habían podrido miles de pesos”.
