Aquí no hay “negras de Centro Habana” ni “madres de presos políticos”. Esto es un falso empoderamiento de la mujer cubana disfrazado de racismo solapado, pero racismo al fin.
¡Qué curioso el modo en que May Reguera entiende el empoderamiento de la mujer cubana! Todas blancas y de clase, vestidas de lino y perfumadas
May Reguera, la fotógrafa amiga de Lourdes “Diávolo”, abogada vinculada a la defensa de Cuba en el juicio celebrado en Londres por el impago de la deuda contraída por el gobierno cubano ante un acreedor extranjero, amiga también de Rebeca Martínez ex sex symbol cubana de los 90´, y realizadora del famoso video del “Porompompón”, está por estas horas celebrando la realización de la Gala MYMY Creativas, una especie de celebración al empoderamiento femenino en Cuba.
“Ayer fue nuestra Gala MYMY creativas. No queríamos dejar pasar el año sin agradecer, sin celebrar. Es importante celebrar. Nos queda mucho camino por delante pero el agradecimiento es una parte fundamental en los procesos.
Me ilusionan mucho nuestros logros, me enamora el espacio maravilloso que tuvimos ayer (@blecohavana ) para festejar y agradecer a nuestros clientes y colaboradores. Fue pequeño, cálido y familiar. Gracias a cada uno de ustedes por confiar en nosotros
Gracias infinitas a mi equipo, que hizo posible este evento conmigo fuera de Cuba, este evento es de ellos y un logro de ellos, les amo y les agradezco la compañía en el viaje de mi vida. A los que están y a los que estuvieron. Gracias. Gracias a nuestros patrocinadores por hacerlo posible con su apoyo. Gracias a @deboraxia por estas fotos tan hermosas.
“A seguir aprendiendo y a cree(a)r cree(ce)r. Que no pare esta #olacreativa está #oladeamor, ” dijo finalmente.
Una lectura al empoderamiento blanco de May Reguera
Sus palabras, leídas tal cual, reflejan una profunda gratitud y reconocimiento, elementos cruciales en cualquier proceso creativo y empresarial, pero habría que ver hacia quiénes en específico.
La mención de la Gala MYMY Creativas sugiere una celebración importante, un momento de reflexión y aprecio por los logros alcanzados, subrayando además la necesidad de reconocer los éxitos y el trabajo duro, no solo como un acto de gratitud sino también como una fuente de motivación y aliento para continuar avanzando.
Pero, ¿quiénes están en el equipo?
El agradecimiento hecho por la May Porompompón es presentado como una parte esencial de los procesos, lo que indica una comprensión de que el éxito no es un acto solitario, sino el resultado de los esfuerzos conjuntos de un equipo, colaboradores, y el apoyo de patrocinadores, dentro de una cultura organizacional que valora y reconoce la contribución de cada individuo involucrado.
Pero repetimos… ¿quiénes?
La cercanía, el calor humano y el sentido de comunidad casi gremial que se aprecia en la foto lo dice todo: mujeres blancas. Y empoderadas.
Las expresiones de amor y agradecimiento hacia su equipo y colaboradores si bien refuerzan el sentimiento de comunidad, y aparentan humanizar la relación entre la dirección y sus empleados, creando un vínculo más allá de lo profesional, está expresado a través de los asistentes. Todos blancos – si acaso uno o dos de la raza negra – y empoderados.
Sus palabras de “A seguir aprendiendo y a cree(a)r cree(ce)r” con el uso de las etiquetas #olacreativa y #oladeamor sugieren un compromiso continuo con el crecimiento, la creatividad y la construcción de una cultura positiva y amorosa dentro de la organización creada por todas ellas y ellos. ¿Quiénes? Hombres blancos, cuya blanquitud está reforzada a través de la vestimenta.
Y es que hablamos de May Reguera, a quien repetidamente se le acusa de ser una de las artífices del pinkwashing y el purplewashing en la isla. Una de las que aparentemente entiende el feminismo desde el punto de vista de las mujeres blancas, visto lo visto en cada uno de sus actos y presentaciones. Curiosamente su trabajo con Lourdes Diavolo, donde esta lució muy ridícula en una especie de reel en La Habana Vieja, contribuye a asociar la Habana empobrecida, amarilla y gris – sucia – reforzada con la presencia de gente negra detrás.
Sería injusto sin elementos acusarlas de racistas, pero es lo que lucen, además.
No le hemos visto a ella, denuncias constantes sobre el abuso de las mujeres negras y empobrecidas, la mayoría de las madres de los presos políticos del 11J. Tampoco reforzar las denuncias sobre los feminicidios en Cuba. Su visión cosmogénica de la mujer, referida a cómo las narrativas y creencias sobre el origen y la estructura del universo (cosmogonía) incorporan y representan a la figura femenina, se reduce a mujeres blancas.
Si bien se aparta de la cosmogonía tradicionalmente dominada por figuras masculinas, especialmente en las religiones abrahámicas, donde no se cuenta con una deidad femenina prominente, la perspectiva cosmogénica de la mujer vista según los ojos de May Porompompón puede representarse – su post incluso lo asume – con un papel más central y activo, en la creación y el origen del empoderamiento, donde confluyen aspectos importantes del conocimiento, la sabiduría y el poder, asociados a la gente blanca que va a sus eventos.
En la cosmogonía de May no hay negritud alguna, si bien Cuba es una sociedad completamente mestiza.
A May solo le faltó celebrar el evento con cerveza Kiss, la cerveza nueva cubana, “pensada para la mujer cubana”, otro símbolo falso de empoderamiento femenino en la isla que usó, como gancho para marketing a dos mujeres, blancas y rubias, de ojos claros, como identidad.
Habría que cuestionarse si, en esa solicitud hecha para que todas vayan vestido de blanco, existe una alusión implícita al casamiento; como si la mujer necesitara casarse, y hacerlo vestido de blanco, para empoderarse. Eso, se lo dejo a quienes entienden más de simbolismos y feminismos que yo.