En el año 2017, Dariel Suárez Concepción definía al “imperialismo” de esta manera: “un sistema para capitalizar a las personas y hacer las diferencias de clases”. Ahora vive en las entrañas imperialistas del exilio cubano.
Dariel Suárez Concepción un joven médico cubano que en el año 2017 fue seleccionado como el primer delegado directo al XIX Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes por Sancti Spíritus, por su actitud destacada en la Universidad de Ciencias Médicas de esa provincia, se encuentra ahora en Miami, según una denuncia enviada a Cubanos por el Mundo.
La persona que suministra la información no proveyó detalles sobre cómo y cuándo llegó Dariel Suárez Concepción a los Estados Unidos pero, su perfil en Linkedin señala que, entre 2020 y 2022, se desempeñó como oncólogo médico [1].
La historia de Dariel Suárez Concepción pudiera resultar para muchos un ejemplo de la complejidad de la experiencia cubana, reflejando tanto la influencia de la revolución cubana en las generaciones más jóvenes como la continua búsqueda de nuevas oportunidades y horizontes en el extranjero. Otros dirían que su vida ilustra cómo los ideales y circunstancias pueden evolucionar y adaptarse a nuevos contextos y desafíos.
Sin embargo, el cambio en tres años, de 2017 que era militante de la Unión de Jóvenes Comunistas a 2020 que apareció en Miami, es tan interesante que vale la pena preguntarse qué declaró este joven al Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos al momento de su entrada a los EE.UU. y más específicamente un año y un día después de su entrada cuando, por lógica de la vida de los cubanos en EE.UU. aplicó para el ajuste de su estatus migratorio y pasar de una admisión bajo Parole a ser residente. Todavía – o no – aparentemente falta muy poco tiempo para que se haga ciudadano, y a USCIS le pudiera interesar si este hombre mintió o no a las autoridades migratorias en el momento de su arribo a los EE.UU. y al momento de aplicar para la residencia.
Esta información sin embargo se encuentra en un limbo y en el mero ámbito de la especulación. Lo que sí se sabe de Dariel Suárez Concepción es lo que dijo en el año 2017 al medio oficialista Escambray.
Dariel siente la responsabilidad de defender el legado del Che y de Fidel.
Ese año, en medio del jolgorio por ser seleccionado el primer delegado directo al XIX Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes a celebrarse en el balneario ruso de Sochi, el entonces más joven Dariel reflejaba su compromiso con los ideales revolucionarios y el legado de figuras históricas como Che Guevara y Fidel Castro.
Y hacia allí viajó, y participó, entre los días 14 y 22 de octubre.
Dos años antes, en el 2015, el joven Dariel Suárez Concepción, , casi acabado de titularse como médico, participó también como delegado en el X Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) en julio de 2015, gracias entre otras cosas a ser el secretario general del Comité UJC de la universidad espirituana.
Si le comunicó o no a las autoridades del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos sobre tan importante cargo que desempeñó en la provincia de Sancti Spíritus lo desconocemos, pero sí sabemos que estuvo “a punto de asumir nuevas responsabilidades en el Comité Nacional de la UJC”, porque el Escambray lo dice. Y nadie – y esto debe saberlo el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos – pasa de la provincia a la Nacional, si no es un destacado militante de la UJC; de esos que es capaz de decir:
“Hay que saber convencer con verdaderos argumentos dónde están los logros de la Revolución y del socialismo que enarbola Cuba y por qué ver al imperialismo como lo que es: un sistema para capitalizar a las personas y hacer las diferencias de clases, mientras el modelo social nuestro persigue ante todo la unidad y la igualdad y el acceso equitativo a todos los servicios”.
El capitalismo, el estadounidense, el de Miami, el de la mafia y el exilio, parece haberle dado a Dariel Suárez Concepción buenos argumentos para que el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos analice su admisión en los Estados Unidos, lo deporte luego y regrese, el joven, a La Habana, o a su provincia natal Sancti Spíritus; tal vez a Facultad de Medicina Doctor Faustino Pérez Hernández donde se graduó y allí, delante de futuros egresados, tome el micrófono, suba a una tarima revolucionaria y exclame:
“Viví en el monstruo… ¡y cómo se extraña!”
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