Cuando leas estas letras, Victoria Domínguez Guzmán estará probablemente saboreando un café en Nebraska, Estados Unidos, tras ser beneficiada con el parole humanitario.
Esta abuelita cubana llegó el 20 de enero de 2024 al Aeropuerto Internacional de Miami, en un vuelo procedente del “Ignacio Agramonte”, de Camagüey.
Casi se cumple un año de que sus familiares hicieran la solicitud para que se acogiera a este permiso especial que otorga Estados Unidos a ciertos migrantes.
Y, por aquello de que “nunca es tarde…”, la centenaria Victoria se encaramó en un avión y dejó atrás a su pueblito de Vertientes, en la provincia de Camagüey, para reunirse definitivamente con su familia.
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Cubanos por el Mundo contactó a Elier Morell, uno de los 13 nietos de la señora. Morell escapó de Cuba en una embarcación rústica, en mayo de 2007, y hoy vive en Tampa, Florida.
“Allá en Cuba le quedan algunos familiares, una hija, tres nietas y dos bisnietos. Va a ser duro para ellos no tenerla cerca. El parole se lo pusimos en febrero de 2023 y estábamos ansiosos de que viniera”, relató.
Elier perdió a su mamá, que murió víctima de cáncer cuando él tenía apenas 7 años, y fue la abuela Victoria la encargada de su crianza y la de su hermana, de ahí que tenerla del lado de acá sea una bendición.
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Elier publicó varias fotografías de la emotiva llegada de Victoria a la terminal aérea de Miami, donde se le ve sonriente, abrigada y sosteniendo un teléfono celular.
Por lo que nos cuenta, su abuelita nació en Alto Potrero, una comunidad rural de Vertientes y contrajo matrimonio con el ciudadano español Adolfo Moreira.
Cuando la mal llamada “revolución cubana” tomó el poder en 1959, los Castro le intervinieron la finca que tenía el gallego Adolfo.
“La revolución necesita de estas tierras”, le dijeron los barbudos al nacido en La Coruña que tuvo que sufrir, como muchos campesinos, la confiscación de su parcela.
A sus 100 años, cumplidos el pasado 23 de diciembre de 2023, Victoria Domínguez Guzmán permanece lúcida y enumera los presidentes que ha tenido Cuba, entre ellos Menocal, Prío, Batista y “el otro”, como le dice al usurpador que todavía hoy tiene a Cuba en la absoluta miseria y que le robó la finca a su marido.
“En Vertientes le decían La Gallega, por su vínculo con mi abuelo Adolfo, y también La Guayabera, porque vendía guayabas en el barrio”, rememora el balsero Elier, que no esconde su alegría por tener aquí a su querida abuela.
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Victoria Domínguez es una de los cientos de cubanos que han sido beneficiados con el parole humanitario, programa que el pasado 6 de enero de 2024 cumplió su primer año.
Se estima que al menos 297.000 venezolanos, nicaragüenses, cubanos y haitianos han llegado a Estados Unidos de América gracias a esta modalidad, vía segura y legal para llegar a tierras de libertad.
Mientras Victoria saborea su café en Nebraska y recuerda a los vecinos que corrían a su casa de Vertientes para degustar el que les colaba con tanto cariño, cientos de cubanos esperan su turno en el mencionado parole y, como la ancianita de Vertientes, esperan que a ellos también se les haga el “milagro”.
Redacción Cubanos por el Mundo
