De “los que odian” y de “los que aman” están presionando al régimen castrocanelista para que se tome una decisión urgente en el caso de la niña cubana Amanda, necesitada urgentemente de un transplante de hígado, ante el avanzado estado de su enfermedad.
Amanda, diagnostica con cirrosis hepática grado 2 está a la espera de unos insumos que no acaban de llegar al país, pues lo más difícil, el donante, ya lo tiene.
Sin embargo, desde hace un año el régimen mediante el Ministerio de Salud Pública le viene dando evasivas a la madre para operar a la niña. El explote vino cuando le dijeron que para hacer la operación se necesitaban insumos que no tenían en el país, y cuando la madre dijo que podía conseguirlos o que ya los tenía resueltos, le dijeron que no tenían autorizado utilizar en los salones de cirugía insumos traídos del extranjero sin un aval oficial.
Mientras tanto, la niña Amanda, muere lentamente.
El caso explotó verdaderamenta cuando la activista Yamilka Laffita expuso en las redes sociales el caso, triste, de desidia gubernamental, ministerial y de país, por el destino de la bebé.
De inmediato se sumaron cientos a apoyarla, y entre las que saltó estuvo Lisandra Martin, otra influencer, pero “oficialista”, que ayer lunes estuvo haciendo unas llamadas y presionando por la niña enferma y muy entusiasta saltó luego a sus redes a decir que la niña sería operada.
La “buena nueva” fue desmentida por la propia madre de la bebé, y la influencer oficialista, que algunos califican como “controladora de daños”, “robadora de méritos”, “que está haciendo carrera como espía dentro del activismo opositor”, etc. debió salir a disculparse para hoy, borrar el post, y más tarde tirarse con la guagua andando.

La influencer oficialista etiquetó luego, en los comentarios “a la madre de los tomates”. Otra vez se auto alabó a sí misma como resolvedora de problemas – nótese que en lo dicho alude a que puede tocar “puertas bien altas, algunas con gran poder de decisión”, algo que ya ha hecho y dicho con anterioridad. Siendo de Holguín no falta quien asegura que la joven hasta fue o es amante de Díaz-Canel.
Del otro lado, ¿qué tenemos? La pura cruda y dura realidad. La niña sigue igual. Esperando su transplante. Su padre, donante, a la espera.
Hace apenas unos minutos la activista que reveló todo este desmadre, Yamilka Laffita publicó un post en el que señalaba:
“

Dicho esto, la jugada luce apretada para el gobierno. De un lado lo presionan los que el gobierno dice que “odian”; del otro “los que aman”. Como Lisandra Martin.
Peor aún. La madre de la niña Amanda se ha dado cuentas que le están dando evasivas. Que incluso la promesa de que están en contacto para llevarla a operar a Madrid, es otra de las grandes mentiras del régimen.