Adisney Armas, una madre cubana de 30 años, y su hijo Julio César, de 7 años, vivieron una experiencia aterradora y desgarradora en su viaje hacia la libertad y una vida mejor. Su historia, relatada por el Sarasota Herald-Tribune, es un testimonio de valentía, desesperación y esperanza.
En enero de 2023, esta madre cubana y su pequeño hijo se unieron a una histórica ola de migrantes cubanos que abandonaron la isla en busca de mejores oportunidades. La crisis económica en Cuba, exacerbada por la pandemia y las sanciones de Estados Unidos, había llevado a Adisney a tomar la difícil decisión de dejar su país natal. Con la promesa de reunirse con su madre y hermana en Florida, emprendieron un peligroso viaje que incluyó vuelos, autobuses, pequeñas embarcaciones y, finalmente, un contenedor de camión en México.
En un momento crítico, la madre cubana y y su hijo se encontraron encerrados en el contenedor, junto a otros desesperados viajeros. Adisney, consciente de los riesgos de asfixia, se posicionó debajo de un pequeño agujero en el techo para asegurarse de que tanto ella como su hijo tuvieran acceso al aire. A pesar de los peligros y las dificultades, mantuvo la esperanza y la determinación de llegar a Estados Unidos.
Después de un arduo viaje, Adisney y Julio César finalmente llegaron a la frontera de Estados Unidos, solo para ser devueltos a México. Sin embargo, gracias a un nuevo programa de libertad condicional humanitaria iniciado por la administración de Biden, Adisney pudo solicitar asilo y, finalmente, ella y su hijo fueron admitidos en Estados Unidos.
Una vez en Florida, la madre cubana enfrentó nuevos desafíos. Viviendo inicialmente con su madre y hermana en un pequeño apartamento, luchó por adaptarse a su nueva vida, aprender inglés y encontrar trabajo. Afortunadamente, su perseverancia dio sus frutos cuando obtuvo un permiso de trabajo y encontró empleo en Goodwill Manasota.
La historia de Adisney tomó un giro positivo cuando, con la ayuda de Season of Sharing, una iniciativa del Sarasota Herald-Tribune y la Community Foundation of Sarasota County, pudo mudarse a su propio apartamento en Bradenton con su hijo y su novio. Este apoyo fue crucial para ayudar a Adisney a establecerse y comenzar una nueva vida en Florida.
La experiencia de Adisney y Julio César es un recordatorio de las dificultades que enfrentan muchos inmigrantes en su búsqueda de una vida mejor. A pesar de los obstáculos, su historia es una de resiliencia y esperanza, demostrando que con determinación y apoyo, es posible superar las adversidades y construir un futuro prometedor.
Te seugerimos leer: Joven cubano de Holguín pierde la vida en un accidente de moto
