La reciente muerte del veterano diplomático cubano, Félix León, quien sirvió como encargado de negocios en Praga con rango de embajador, ha sido recibida con un sorprendente silencio por parte de la Cancillería de Cuba. El asesinato, ocurrido en La Habana, presuntamente en el día de ayer sábado, no ha suscitado comentarios ni del Ministro de Relaciones Exteriores, ni del gobernante Miguel Díaz-Canel, generando un vacío de respuesta oficial ante un suceso tan crítico.
El hecho fue dado a conocer por la página de El Vigia de Cuba hace apenas unos minutos.
León, reconocido por su larga trayectoria como embajador en diversos países y su liderazgo en la dirección de Europa del Ministerio de Relaciones Exteriores, fue hallado muerto en circunstancias violentas. La naturaleza exacta de su muerte, si fue resultado de un robo o un asalto en su hogar, aún no ha sido esclarecida, pues la fuente a la que tuvo acceso El Vigía no pudo precisar el momento exacto en que el embajador fue asesinado.
Cubanos por el Mundo contactó a otra fuente quien “asegura” que fue entre viernes en la noche y ayer sábado porque “los comentarios comenzaron a salir ayer”.
Este suceso ha provocado una onda de consternación entre sus colegas y amigos.
Marcelo Caballero Torres, embajador cubano en Djibouti, expresó su dolor en Facebook, describiendo a León no solo como un amigo sino como un compañero de larga data, interrumpido abruptamente por este trágico evento. Incluso incluyó referencias poéticas en su publicación para honrar la memoria de León.
La comunidad diplomática y los ciudadanos han reaccionado con pesar y exigen justicia, como se refleja en los comentarios de figuras como Maura Quintero Dipotet y el embajador Jorge Edgar Martí, quienes enfatizan la necesidad de no dejar impune este crimen.
Mientras tanto, la ausencia de pronunciamiento por parte de las autoridades cubanas, incluido el gobierno de Díaz-Canel, resalta aún más en este contexto de violencia creciente en la isla. La escalada de asaltos y homicidios, exacerbada por la severa crisis económica, ha convertido a Cuba en un terreno fértil para el crimen, afectando incluso a miembros de alto rango como León.
La falta de reconocimiento o condena por parte de la Cancillería y el régimen cubano no solo plantea interrogantes sobre su postura frente a tales actos de violencia, sino también sobre su compromiso con la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos y representantes diplomáticos.
El asesinato de Félix León, un diplomático estimado por colegas de todos los niveles dentro de Minrex, podría correr el riesgo de ser olvidado sin la debida atención y justicia, un reflejo sombrío de la actual situación socio-política en Cuba.