Las condiciones deplorables en un hogar de ancianos en La Habana han quedado expuestas en un video que circula entre cubanos, vía Whatsapp fundamentalmente, con evidencia confiable y gráfica de una anciana que debió haber estado durante días, tal vez meses, en estado crítico de negligencia y abandono en el lugar donde se encontraba.
Las imágenes del video están comenzando a suscitar una ola de indignación y preocupación en la comunidad y más allá, pues a la anciana, en vida, comenzaron a comérsela los gusanos, y así estaba en el hogar de ancianos, sin que a nadie allí le importara. Sencillamente la abandonaron a su suerte y muerte.
Según los informes recibidos, las imágenes y videos muestran a una anciana, previamente residente en un hogar de ancianos en La Habana, identificado como el Hogar de Ancianos Dolores y Acosta, en la barriada de Lawton, en el habanero municipio de Diez de Octubre.
La anciana fue llevada al hospital con signos de necrosis severa y descuido extremo. La gravedad de las heridas y la condición en la que se encontraba esta mujer son indicativos de un fallo sistémico y una negligencia crónica en la atención y el cuidado de los ancianos en esta institución.
La evidencia sugiere que la mujer fue trasladada al hospital clínico quirúrgico 10 de Octubre en un estado crítico. En el video, que por respeto a la víctima y sus familiares no podemos publicar, se puede apreciar que su piel tenía el color característico de un cadáver en descomposición, sucio, y estaba infestada de gusanos, lo que indica una falta de atención médica básica durante un período prolongado. Este caso no solo resalta la severidad del abandono, sino también las condiciones inhumanas en las que se mantienen a algunos ancianos en estos centros de asistencia al adulto mayor.
El video ha generado un debate ético sobre la responsabilidad de las instituciones de cuidado y la protección de los derechos humanos de los más vulnerables. La persona que nos hizo llegar el video ha expresado su horror y consternación ante el hecho, del que dijo exigirá una investigación exhaustiva para determinar la extensión de la negligencia y llevar a los responsables ante la justicia.
Este caso plantea serias preguntas sobre la efectividad de los mecanismos de supervisión y regulación de los hogares de ancianos en la región. La crisis de medicamentos, alimentos e insumos no es impedimento para que se garantice que se respeten los derechos y la dignidad de los ancianos.
La indignación y la tristeza que este caso y que las imágenes han provocado son un recordatorio sombrío de la necesidad de vigilancia y compasión en el cuidado de los ancianos en los hogares de ancianos, y a los cubanos les recuerda el triste caso de la decena de ancianos y adultos que murieron de frío en el Hospital Psiquiátrico de Mazorra, en La Habana, en enero de 2010, cuando una ola de frío inusualmente severa, afectó al país. Este suceso generó una gran consternación y críticas a nivel internacional hacia las condiciones de las instituciones de salud en Cuba y el trato a los pacientes con enfermedades mentales.
Según informes, al menos 26 pacientes murieron en el Hospital Psiquiátrico de Mazorra durante este periodo. Las investigaciones revelaron que las muertes se debieron a hipotermia, agravada por la malnutrición y las precarias condiciones de vida en la institución.
El gobierno cubano reconoció el incidente y anunció que tomaría medidas para mejorar las condiciones en Mazorra y otros hospitales psiquiátricos. Se informó de la destitución de varios funcionarios y trabajadores del hospital, así como de la realización de investigaciones para determinar la responsabilidad en las muertes.
El caso de Mazorra puso de relieve los desafíos que enfrenta el sistema de salud mental en Cuba, incluyendo la falta de recursos, infraestructuras inadecuadas y la necesidad de reformas para garantizar la seguridad y el bienestar de los pacientes, pero no sirvió de enseñanza o ejemplo. El caso de esta anciana maltratada en el hogar de ancianos de Dolores y Acosta, y su llegada al hospital clínico de Diez de Octubre con gusanos comiéndose su carne, lo demuestra.