Las comunidades de Holguín y Tampa se encuentran en el centro de la historia de Ricardo Rodríguez, quien fuera asesor de la directora de la Dirección Municipal de Trabajo y Seguridad Social en Holguín, y quien además de atender el control interno de esta misma institución, ha sido señalado una fuente de entero crédito desde Holguín, de ejercer actividades de informante, o “chivateo”, en el ámbito de su trabajo.
Rodríguez, conocido entre sus colegas y conocidos por el apodo de Pipo Pérez, no era un personaje discreto en su entorno laboral. Presumía de su posición y mostraba con orgullo un carné del Departamento Técnico de Investigaciones (DTI), que muchos creían que era falso y otros que era verdadero.
Este detalle añadía una capa de misterio y autoridad a su persona. Sin embargo, detrás de esta fachada de lealtad y compromiso con su labor, se escondía una realidad más compleja y controversial.
La vida de Rodríguez tomó un giro inesperado cuando decidió dejar Cuba.
Se reporta que cruzó la frontera y solicitó asilo político en los Estados Unidos, específicamente en Tampa, donde actualmente reside. Probablemente apelando a su condición gay, argumentando que, por ser homosexual, era una persona perseguida en Cuba.
Este movimiento no solo sorprendió a quienes lo conocían por su anterior rol de informante, sino que también plantea interrogantes sobre sus motivaciones y las circunstancias que lo llevaron a tomar tal decisión.
Presuntamente es un “agente dormido”, esperando instrucciones desde La Habana para comenzar a ejercer su labor.
Su travesía hacia la libertad no siguió el proceso estándar a través del sistema CBP One, utilizado para la gestión de citas en puertos de entrada. En lugar de eso, Rodríguez optó por una ruta más arriesgada que eventualmente le permitió solicitar una entrevista de miedo creíble, un paso crucial en el proceso de solicitud de asilo que determina si un individuo posee un temor fundado de persecución en su país de origen. Actualmente, espera la fecha para presentarse ante las cortes estadounidenses, donde se decidirá su futuro.
La fuente añade que Pipo Pérez o se hizo un perfil de Facebook nuevo o limpió el otro que anteriormente tenía. De su actividad revolucionaria no queda nada en redes, pero en Holguín todo el mundo con el que trabajó conoce demasiado bien a qué se dedicaba.
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