A través de un video publicado en la cuenta de su red social Facebook, Nayra Aranda, la nieta de la anciana asesinada por un doctor en La Habana, contó cómo ocurrieron los hechos.
La cubana consideró necesario revelar la manera en la que el esposo de su madre, el médico cardiólogo, Rolando Sánchez Piñero, asesinó a su abuela en su propia casa. La aclaratoria surge después de que muchos antillanos, conocidos y vecinos del reconocido médico cubano aseguraran sentirse confundidos con este hecho, porque la versión que conocían del hombre era de una “buena persona”.
La nieta de la victima está fuera del país, y por estos días, su madre se encontraba con ella porque la estaba acompañando en el nacimiento de su bebe. Mientras tanto en Cuba estaba la abuela, con una señora que la cuida y el hombre con el que vivía su madre, que se aprovechó del momento en el que la cuidadora se acostó a dormir, para entrar en la habitación de la anciana para torturarla, estrangularla y acabar con su vida.
La cubana cuenta que el doctor acusado de quitarle la vida a su abuela cerró la casa con candado, y cuando la señora que cuidaba a la anciana se dio cuenta de lo que estaba pasando, salió a pedir ayuda, hasta lograr que un vecino entrara a la casa, pero este fue amenazado por el médico con un cuchillo.
La nieta describe a su abuela como una “señora de 92 años, en cama con problemas en la cadera, indefensa y muy flaquita, consumida por los años, una persona que todos recordamos como muy amorosa, educada, modesta, cariñosa con todos”. Al mismo tiempo que dijo que el doctor ya le había enviado a su madre mensajes amenazantes, en los que le aseguraba que no soportaba a su abuela, que no quería que le hablara ni que le dijera de sus malestares.
“Él llevaba meses descontrolado, tiene a su hijo preso por segunda vez en un año y usando todos los contactos, porque los médicos en Cuba tienen muchos contactos, sobre todo él, no había podido sacarlo, esto a él lo tenía lleno de odio, descontrolado”, dijo la nieta de la señora.
Los mensajes también decían que le molestaba el perro de la anciana y que iba a envenenarlo a él, para que la señora sufriera, y después se iba a encargar de ella.
La antillana asegura que el doctor trataba mal a la mamá (su pareja) y le enviaba mensajes de que estaba cansado de la anciana, de que ella se sintiera mal y que no quería que le hablara, pero a pesar de esos mensajes, la esposa consideraba que el doctor fuera incapaz de hacerle daño a su madre.
La antillana hizo énfasis en que este doctor tenía una personalidad diferente dentro y fuera de su casa, como fue constatado por la misma policía, y pide que se haga justicia en el caso de su abuela a tal punto de que el asesino no pueda usar sus influencias para librarse de la cárcel.
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Redacción Cubanos por el Mundo
