La forma en la que el pueblo acepta la crítica situación económica y social en la isla, ha provocado que un sacerdote cubano considere en pedirle a Dios que las cosas empeoren, con el fin que la ciudadanía tenga un despertar y se levante en contra del régimen.
El religioso Alberto Reyes Pías se hizo varias preguntas en las redes sociales sobre la manera en la ciudadanía sigue permitiendo que los miembros de la cúpula los pisoteen.
“¿Qué hace falta para que se produzca un cambio en Cuba y termine esta pesadilla infernal? ¿Cómo salir de esta espiral de deterioro cada vez más profunda?”, indicó Reyes Pías.
El sacerdote cubano mencionó que, si en la isla no hay un cambio de sistema, la isla no evolucionará y los pobladores seguirán padeciendo por necesidades básicas.
También mencionó que, los dirigentes mienten de forma descarada para permanecer en el poder, sin importar lo mucho que sufre el pueblo. Todo esto sin que la gente se queje.
“Somos conscientes de que la formación de nuestros hijos es cada vez más deficiente y precaria, nos damos cuenta que, si le dejamos al sistema educativo la formación de nuestros hijos, los estaremos sumergiendo en la ignorancia y la incapacidad. Pero eso no parece quitarnos el sueño. Sabemos que el sistema de salud se cae a pedazos, y que nuestra supervivencia física está cada vez más en riesgo. Pero esto solo hace que aumenten nuestras quejas cotidianas”, puntualizó.
Refirió que el régimen sigue usando el pretexto del bloqueo del extranjero, sin reconocer que el bloqueo es interno, limitando a los cubanos de utilizar servicios como la electricidad, la cual paraliza, nos hunde y desespera: “Pero seguimos aplaudiendo las migajas de corriente y agradeciendo incluso los días en que los apagones son ‘cortos'”.
“Sabemos que desde las estructuras del poder no existe un proyecto de nación, que ya no vamos a ninguna parte, que el único camino que tenemos delante es “resistir y morir”, excepto para aquellos que logren escapar de esta jaula, de esta finca de unos pocos. Pero ni siquiera eso parece ser capaz de despertarnos de la hipnosis de una solución venida desde los que nos gobiernan como su propiedad particular”, añadió.
El religioso se preguntó: ¿Qué tiene que suceder para que este pueblo despierte? ¿Cuánta hambre necesitan seguir pasando nuestros hijos? ¿Cuántos medicamentos más deben faltar a nuestros enfermos? ¿Cuántas familias más necesitan romperse con la emigración? ¿Cuántos muertos más necesitamos en los intentos de huida? ¿Cuántas voces de libertad necesitamos añadir a nuestras prisiones?”.
Para el sacerdote cubano, el pueblo no es más que cobarde y cómplice de que el sistema en la isla empeore, porque muchas veces hace un chiste de lo que está viviendo.
“Porque, de lo contrario, habrá que pedir a Dios que permita que todo el mal que ya se abate sobre este pueblo se profundice, que nos hundan el hambre, la enfermedad, la oscuridad y la desesperanza, para ver si así Cuba termina siendo un montón de cadáveres amontonados o un pueblo que se decida, por fin, a hacer algo por su libertad”, finalizó.
Redacción de Cubanos por el Mundo
