La tensión entre la fe y la política se ha intensificado en Cuba, donde el régimen cubano ha suspendido varios eventos de Semana Santa, generando fuertes críticas por parte de líderes religiosos y activistas.
Esto ocurre por el temor del régimen comunista, después de las protestas que se desencadenaron en la isla el pasado 17 de marzo, que comenzaron en la provincia de Santiago de Cuba y se extendieron por todo el territorio
“Estamos muy disgustados por esa decisión, la fe no tiene nada que ver con la política y no debería mezclarse”, expresó un sacerdote cubano.
La alarma sobre estas suspensiones de las procesiones, se encendió la semana pasada, cuando una nota publicada en Aciprensa, un medio de prensa católico, informaba sobre la cancelación de diversos actos en la Isla.
Según Osvaldo Gallardo, un escritor y activista religioso que ha vivido más de cuatro décadas en Cuba, estas medidas obedecen al temor del régimen hacia las concentraciones de personas en medio de las protestas que han ocurrido estos días.
Gallardo señaló que en tales concentraciones no solo participan personas religiosas, sino también individuos sin creencias religiosas. “Una procesión puede, bajo el entusiasmo y la devoción de Semana Santa, crear un caldo de cultivo para que estalle de pronto otra manifestación de tipo político”, advirtió el escritor.
A pesar de las prohibiciones, la Parroquia de El Vedado desafió las restricciones y dio inicio a la Semana Santa con una celebración el domingo de Ramos.
Mientras tanto, en Santiago de Cuba, el arzobispo Dionisio García Ibáñez pronunció un enérgico discurso ante la Virgen de la Caridad del Cobre, defendiendo los derechos del pueblo cubano.
Estas acciones destacan la tensión creciente entre la iglesia y el régimen en Cuba, donde la religión y la política a menudo chocan. Mientras los fieles luchan por ejercer su libertad religiosa, las autoridades pretenden quitar la libertad por temor a protestas.
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Redacción Cubanos por el Mundo