Ibrahim Domínguez Aguilar, preso político condenado a diez años tras las protestas del 11 de julio, fue víctima de una severa agresión por parte de los miembros de la guarnición de la prisión de Boniato.
La información se conoció luego de una llamada telefónica que el mismo Domínguez Aguilar realizó y que llegó a Martí Noticias, medio encargado de compartir este lamentable caso.
Trascendió que el incidente ocurrió cuando Domínguez Aguilar, de 36 años, buscaba atención médica en el penal.
“Si ya tú tienes a un hombre esposado, un hombre que está en sumisión, ¿por qué tienes que darle golpes?”, cuestionó el preso político, relatando cómo la situación escaló hasta terminar esposado y golpeado.
⚠️ Recibimos una denuncia de violencia ejercida por guardias de la prisión de Boniato (Santiago de Cuba) contra Ibrahim Domínguez Aguilar, condenado a 10 años por las protestas de julio de 2021 (#11J).
— Centro de Documentación de Prisiones Cubanas (@docubprisiones) April 4, 2024
➡ El #PresoPolítico reclamaba atención médica y un “reeducador” del centro… pic.twitter.com/k0P6f4Ydpc
Un grupo de jóvenes militares en entrenamiento participó en el ataque, propinándole golpes de manera salvaje.
“Me dieron tremenda paliza, me tiraron al piso, uno me puso la bota en la cabeza, me dieron una pila de galletas. Tengo la cara desbaratada”, describió Domínguez Aguilar.
La gravedad de la situación fue subrayada por el propio preso político, quien expresó su temor a ser asesinado dentro de las mazmorras del régimen.
“Va a llegar el día que me van a matar aquí”, advirtió, haciendo un llamado al mundo para que se conozcan los abusos cometidos en las cárceles cubanas.
OTRAS NOTICIAS: Liberan a manifestante del 11 de julio Samuel Pupo Martínez (+VIDEO)
La sentencia contra Domínguez Aguilar lo describe como alguien que “no está integrado a ninguna de las organizaciones políticas y de masas”, y que no participa en actividades convocadas, calificándolo junto a otros en su misma situación como “personas de desajustada conducta moral y social”.
Este caso deja en evidencia que, mientras los verdaderos delincuentes caminan por las calles como si nada, cometiendo sus fechorías con toda la libertad del mundo, los inocentes son brutalmente violentados dentro de las cárceles en las que permanecen sin haber hecho nada malo.
Redacción de Cubanos por el Mundo
