Un médico cubano, castrista y represor de la Seguridad del Estado, reconoció en las últimas horas la práctica del aborto ilegal en la isla, y que el régimen, como todo lo que afecta al pueblo, no le da la importancia requerida.
Se trata de Ernesto Cordoví, quien en una publicación maquillada por la “preocupación” por la salud de las mujeres, mencionó fármacos como el misoprostol, el cual da a pie a un posible aborto.
“¿Está usted desesperada? ¿Se te está cayendo el mundo? ¿Tu problema no tiene solución? Abre bien los ojos y piensa, por favor. Al menos cuatro mujeres han llegado shokeadas en los últimos 10 días al Cuerpo de Guardia de nuestro hospital por el uso ilegal de misoprostol”, ”, exclamó el doctor castrista en Facebook,

Sin embargo, el galeno al que incluso lo acusan de ser agente de la Seguridad del Estado, pues actúa como tal, omitió que las autoridades de La Habana no hacen lo más mínimo por resolver esta realidad desesperante que viven los cubanos, quienes obviamente no van a renunciar a tener sexo, el cual a veces hacen de manera no protegida porque ni condones hay en el país. Una vez que las mujeres terminan embarazadas, la situación de miseria desesperante que esta connotada ciberclaria médica defiende les obliga a tener que abortar, pues en las condiciones actuales de crisis que vive el país donde ya ni leche hay para darle a los niños – ni hay alimentos, ni pampers, ni medicinas – no hay mujer que quiera dar a luz.
Además, como es obvio en el caso de este represor, uno de los más connotados defensores del régimen en las redes sociales, uña y churre de Carlos Lazo, Israel “Mala Fe” Rojas, y cuanto traste comunista respira en las redes, omitió el verdadero origen de todos los males y problemas que viven los cubanos en la isla: el régimen comunista.
Y no solo eso, sino que además instó a quienes practicarse el aborto a recurrir a los hospitales de la isla, cuando para nadie es un secreto que, en la “potencia médica”, acudir a una institución lo único que garantiza es más peligro y contraer infecciones y bacterias, ya sea por falta de medicamentos o por el mal estado higiénico y epidemiológico que impera en todas las unidades asistenciales del país donde no hay siquiera productos químicos para desinfectar colchones, camillas, etc.
“¿Por qué compran esto ilegalmente si existen servicios de aborto de la ciudad abiertos? ¿Por qué algunas mujeres permiten el cobro de servicios y no lo denuncian? Vayan a las consultas de interrupción de embarazo de los hospitales y si sienten que algo no va bien toquen la puerta
del director”, agregó el médico que es odiado por millones de cubanos en el exilio debido a su respaldo incondicional al régimen y su ataque constante a colegas y activistas cubanos.
En Cuba, el aborto es permitido hasta las 12 semanas de gestación, o hasta las 26 en
caso de alguna malformación del feto.
Aunque algunas desean abortar, otras que no quieren hacerlo son prácticamente obligadas, tal y como sucedió con la presa política Lisdany Rodríguez Isaac, a quien la Seguridad del Estado pretendía
asesinarle a su bebé.
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Dicho caso dejó en evidencia que, en lugar de combatir las ilegalidades, prefieren
seguir llenando de terror a aquellos que, justamente, claman por el
fin de la pesadilla.
Redacción de Cubanos por el Mundo