La presa política Lizandra Góngora Espinosa, desde su confinamiento en una cárcel en la Isla de la Juventud, ha alzado su voz para denunciar la postura de las autoridades que la mantienen separada de sus hijos, a pesar de sus reiteradas solicitudes para ejercer este derecho fundamental.
En un mensaje difundido a través de las redes sociales, Góngora expresó su angustia y determinación en la lucha por reunirse con sus hijos: “Quiero decirles que yo estoy en un nivel bastante desesperante porque yo estoy luchando a capa y espada mi traslado porque yo no estoy de acuerdo de estar en la isla de la juventud lejos de mis hijos, llevo ya un año lejos de ellos y estoy luchando”.
La presa política, en su comunicado, hizo un llamado a la solidaridad y la acción: “Se me deniega sin decirme absolutamente nada y quiero por favor que todas las personas que este en sus manos a su alcance que denuncien a mi favor de que se me acerque a la prisión más cercana de mis hijos o a la prisión que me toca por la dirección que yo llevo, la prisión donde a mí se me acusó se me denunció y donde yo pertenezco”.
Sus palabras reflejan la frustración y la determinación de una madre separada de sus hijos, que clama por justicia y el derecho a estar cerca de su familia. Esta situación destaca las dificultades que enfrentan las personas privadas de libertad, especialmente aquellas que son consideradas presas políticas, para mantener lazos familiares y ejercer sus derechos básicos.
Mientras tanto, la respuesta de las autoridades comunistas ante esta denuncia aún no ha sido dada a conocer públicamente, pues los presos políticos permanecen siendo víctimas de abusos, atropellos e irrespeto de sus derechos humanos en la isla.
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Redacción Cubanos por el Mundo
