Recuerdo desde niño escuchar en las ondas prohibidas de Radio Martí aquellas frases dolidas de la Clave a Martí, muchas veces me hice esta pregunta: ¿por qué Martí no debió de morir?
La muerte de Martí es también parte de su misterio, ese que nos acompaña como advirtió el poeta. Pero hoy quiero encontrar las 10 razones por las que su muerte fue, en aquel momento, una pérdida irreparable, las consecuencias trascendieron, quizás se notan todavía luego de casi 130 años.
Aquí falta, señores, una voz,
ay, una voz,
de ese sinsonte cubano,
ese mártir hermano
que Martí se llamó,
ay, se llamó.
Pero falta el clarín de mi Cuba,
pero falta su voz, él se apagó.
Martí no debió de morir,
ay, de morir.
Si fuera el maestro del día,
otro gallo cantaría, la patria se salvaría,
y Cuba sería feliz.
Aquí están mis diez epítetos para Martí:
1.- El Soñador de la Libertad: José Martí era el faro que guiaba a los cubanos hacia la libertad. Su muerte aletargó los sueños de independencia que ardían en los corazones de su pueblo, dejando un vacío en la lucha contra el colonialismo español. Sin su liderazgo, Cuba perdió a su más ferviente defensor de la libertad y la justicia. “Martí no debió de morir, ay, de morir.”
2.- El Poeta de la Nación: Martí no era solo un líder político, sino también un poeta cuyo verso inflama el espíritu de la nación. Su pluma, capaz de transformar el dolor en esperanza y la lucha en arte, se silenció con su muerte, privando al mundo de una voz que convertía la lucha en belleza y la resistencia en inspiración. “…ese sinsonte cubano…”
3.- El Apóstol de la Unidad: Martí trabajó incansablemente por la unidad de los cubanos de todas las razas y clases sociales. Su visión de una Cuba inclusiva y solidaria quedó incompleta, y su muerte significó un retroceso en la construcción de una nación unida contra el yugo opresor. “…pero falta su voz, él se apagó.”
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4.- El Defensor de los Oprimidos: Martí abogó por los derechos de todos los oprimidos, no sólo en Cuba, sino en toda América Latina. Su muerte fue una pérdida para los desposeídos y marginados, que encontraron en él un campeón de la justicia y la igualdad. Sin él, la voz de los sin voz se hizo más débil. “Aquí falta, señores, una voz, ay, una voz.”
5.- El Estratega Político: Como estratega, Martí poseía una mente brillante capaz de tejer alianzas y movilizar a las masas. Su caída en Dos Ríos dejó un vacío estratégico en la guerra de independencia, debilitando la cohesión y el impulso del movimiento libertador. “Pero falta el clarín de mi Cuba, pero falta su voz, él se apagó.”
6.- El Visionario de la Educación: Martí veía la educación como la clave para el progreso de la sociedad. Su muerte interrumpió sus esfuerzos por fomentar una cultura de conocimiento y crítica en Cuba, un legado educativo que podría haber transformado generaciones. “Aquí falta, señores, una voz, ay, una voz.”
7.- El Embajador de la Solidaridad Internacional: Martí era un puente entre Cuba y el mundo. Su capacidad para generar apoyo internacional para la causa cubana se perdió con su muerte. Sus conexiones y su habilidad para articular la lucha cubana en un contexto global quedaron truncadas. “Pero falta el clarín de mi Cuba, pero falta su voz, él se apagó.”
8.- El Inspirador de la Juventud: para los jóvenes, Martí era un modelo de integridad, coraje y dedicación. Su muerte privó a las nuevas generaciones de un mentor y guía cuya vida y obra eran un faro de inspiración y una fuente inagotable de enseñanzas. “Aquí falta, señores, una voz, ay, una voz.”
9.- El Mártir: que no necesitaba serlo, aunque su muerte lo convirtió en un mártir, Martí tenía mucho más que ofrecer vivo. Sus ideas y su liderazgo eran vitales para la causa de la independencia. Su sacrificio, aunque noble, robó al movimiento revolucionario su más brillante mente. “Si fuera el maestro del día, otro gallo cantaría, la patria se salvaría.”
10.- El Humanista Universal: Martí no solo luchaba por la libertad de Cuba, sino por los derechos humanos universales. Su muerte significó la pérdida de un defensor incansable de la dignidad humana, cuyas palabras y acciones resonaban más allá de las fronteras de su patria. “…la patria se salvaría.”
Y Cuba no ha sido feliz… Pero lo será y el legado de Martí será enaltecido. Y Martí volverá a vivir, nuestro sinsonte cubano, nuestro hermano, nuestra voz, Ay, a vivir… ¡Y Cuba será feliz!
El autor es Osvaldo Gallardo González, escritor cubano radicado en Miami, especial para Cubanos por el Mundo