La reciente muerte del destacado actor cubano Carlos Massola ha generado controversia más alla del problema a la hora de recoger su cuerpo e incinerarlo, tal y como era su última voluntad.
Desde ayer se viene notando en las redes la falta de pronunciamiento por parte de la Asamblea de Cineastas Cubanos, un organismo fundado como contraparte del ICAIC cubano.
Según fuentes cercanas, las redes sociales de la Asamblea son manejadas exclusivamente por dos personas: el actor Luis Alberto García y su esposa Deymi D´Atri. Una de las fuentes refiere que estos administradores inicialmente decidieron no publicar nada sobre el fallecimiento de Massola, una figura relevante en el cine cubano.
Esta decisión no ha pasado desapercibida entre algunos integrantes del gremio de cineastas quienes en llamadas telefónicas entre ellos, han hecho notar la falta de un pronunciamiento lógico, si se quiere.
Una fuente consultada señala que Luis Alberto y Deymi afirmaron que consultarían con los miembros de la Asamblea para tomar una decisión. Pero, en lugar de hacer una consulta amplia y representativa, “solo le preguntaron a dos o tres personas”.
Ninguna de las fuentes pudo decir específicamente a quiénes, pero refieren con certeza que evidentemente los consultados recomendaron que no se hiciera ninguna publicación. Siguiendo este consejo, la Asamblea de Cineastas Cubanos ha optado hasta el momento por mantener el silencio.
Esta decisión ha generado nuevas críticas, la mayoría de ellas o todas, de manera privada, especialmente considerando que la Asamblea suele denunciar el secretismo oficial y los malos manejos del Ministerio de Cultura en Cuba.
La postura de la Asamblea de no pronunciarse sobre la muerte de Massola está siendo vista por algunos como un alineamiento con las prácticas represivas y censuradoras del poder en Cuba. En un contexto donde ninguna institución cultural ni funcionario de cultura en Cuba mencionó la muerte del cineasta, la actitud de la Asamblea ha sido percibida como una traición a sus principios de transparencia y lucha contra la censura.
“La Asamblea no es el patio de nadie, es de todos, y ni siquiera este particular les fue consultado a todos. Las redes sociales de la Asamblea no son la finca de Luis Alberto y su esposa,” expresó una de las fuentes bajo anonimato.
Este episodio pone de relieve las tensiones internas y las contradicciones dentro de la Asamblea de Cineastas Cubanos, una organización que, en teoría, lucha por la libertad de expresión y la transparencia, pero que en esta ocasión, según la opinión de las fuentes, ha fallado en cumplir con esos ideales.
nota del editor: Diez minutos después de publicarse esta nota, finalmente la Asamblea de Cineastas Cubanos hizo esta publicación:
