En medio de la pobreza en la que viven los cubanos, sin ingresos suficientes para comer adecuadamente, se ha puesto a la venta una lujosa mansión en el barrio exclusivo de Miramar por 60 mil dólares.
Esta residencia, inalcanzable para el ciudadano común, es un claro reflejo de las profundas desigualdades económicas que existen en Cuba, donde la elite de la dictadura tiene propiedades valoradas en miles de dólares, mientras que el cubano de a pie, lucha en su vivienda en peligro de derrumbe.
La mansión, de construcción colonial, se encuentra en excelente estado y ofrece una amplia gama de comodidades que resultan inaccesibles para la mayoría de la población.
Consta de anchos pasillos laterales, un recibidor, una espaciosa sala, un hall, un comedor, una cocina, dos balcones con vistas a la calle, terrazas en la planta baja y en la planta alta, un patio, un garaje, y seis habitaciones climatizadas con closet y seis servicios sanitarios.
Mientras que los antillanos luchan diariamente por sobrevivir en condiciones de extrema precariedad, este tipo de propiedades solo pueden ser adquiridas por aquellos que se encuentran en posiciones privilegiadas, a menudo relacionados con la dictadura.
La venta de esta mansión no solo subraya la falta de contraste económico, sino también la desconexión entre las necesidades básicas de la mayoría y los lujos que una minoría puede permitirse.
En una publicación de Maricee Álvarez, escribió un numero de contacto para los interesados, que no podrán ser los ciudadanos comunes, pues el poder adquisitivo en la isla es nulo para ventas de ese tipo.
Mientras tanto, los cubanos siguen siendo irrespetados por el régimen comunista que no se ocupa de cubrir las necesidades del pueblo.
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Redacción Cubanos por el Mundo
