Tal parecía un homenaje al nombre que lleva el estadio, el de otro esbirro del régimen: el militar Eliseo Reyes Rodríguez, Capitán San Luis en el Ejército Rebelde, quien murió en la guerrilla del Asesino de la Cabaña, en Bolivia, el 25 de abril de 1967, mientras exportaban “Revoluciones” (muertes) al continente americano.
En un clima de alta tensión y expectativas, el estadio Capitán San Luis en Pinar del Río se convirtió en el epicentro de un desafortunado enfrentamiento entre la policía y aficionados que deseaban ingresar para presenciar el crucial sexto juego de la semifinal de la Serie Nacional de Béisbol entre Industriales y Pinar del Río, celebrado este 17 de julio.
Horas antes del juego, que estaba programado para las dos de la tarde, grupos de jóvenes y agentes de policía, identificados con uniformes del Ministerio del Interior (MININT), fueron captados en videos difundidos en redes sociales actuando con violencia desmedida.
Las imágenes muestran a varios agentes golpeando a un joven que yacía en el suelo, mientras los espectadores alrededor gritaban y cuestionaban la necesidad de tal brutalidad.
Este enfrentamiento se da en un contexto donde el equipo local de Pinar del Río buscaba una victoria decisiva sobre Industriales para avanzar a la final de la 63 Serie Nacional. Pinar, contando con la participación estelar de Alexei Ramírez y un impresionante duelo de picheo liderado por Branlis Rodríguez, logró derrotar a Industriales, sellando la serie con un marcador de 4-2.
El juego, que comenzó en una atmósfera cargada, vio cómo Pinar del Río tomaba la delantera en la cuarta entrada, gracias a una serie de hits clave que permitieron anotar dos carreras decisivas. A pesar de los esfuerzos de Pavel Hernández por Industriales, que mantuvo la competencia hasta la octava entrada, el equipo local consolidó su victoria con un sólido relevo de Raudel Lazo, quien supo manejar la presión y cerrar el juego, garantizando el pase de su equipo a la final.
Mientras tanto, fuera del estadio, la situación era menos celebratoria. Los enfrentamientos entre la policía y los aficionados reflejan una creciente frustración y descontento con las medidas de seguridad excesivamente rigurosas, que muchos perciben como un intento de controlar exageradamente el acceso al evento deportivo, privando a muchos seguidores de la oportunidad de apoyar a su equipo en un momento crucial.
La actuación policial ha suscitado críticas y cuestionamientos sobre la proporcionalidad de las fuerzas del orden en eventos de alta concurrencia y emotividad como este. La comunidad y los aficionados al béisbol esperan que incidentes como este no se repitan y que se respete el derecho de los ciudadanos a participar en eventos culturales y deportivos sin enfrentar violencia innecesaria.
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