En La Habana, la mal llamada “potencia médica” volvió a apagar una vida. Esta vez, fue la de Milkys de la Cruz Mendoza Peña, una mujer cubana que enfrentaba una grave condición de salud.
Trascendió que la mujer perdió la vida luego de un extendido periodo, esperando la asistencia médica que jamás llegó a tiempo.
Reportes en redes sociales indican que Milkys estaba postrada, enfrentando una notable inflamación abdominal sin recibir el auxilio necesario para su padecimiento.
Alberto Turis, activista, recurrió a las redes sociales para denunciar la negligencia con un doloroso detalle: “Estaba llena de líquidos”.
Turis relató que, este lunes, confiando en las promesas de una funcionaria de salud pública del municipio de Marianao, se esperaba que la fallecida iba a recibir la ayuda prometida.
Sin embargo, contrariamente a las esperanzas del activista, la asistencia médica llegó demasiado tarde.
La crítica situación de Mendoza Peña alcanzó su trágico final tras no aguantar la insuficiencia renal y ascitis, condiciones que, de haber sido tratadas a tiempo, podrían haber presentado un resultado menos fatal.
“Por culpa de la potencia médica. Y su corazón, y su mente, saben que es una mentira. No es potencia médica, es una falsedad”, expresó Turis entre emociones encontradas, evidenciando la desilusión y la frustración.
OTRAS NOTICIAS: Cubanos denuncian falta de recursos en la impotencia médica
Lamentablemente, casos como estos ocurren a menudo en la isla comunista, esa donde el régimen pregona a los cuatro vientos su mal llamada “potencia médica”, cuando no es más que un intento de burla de forma descarada hacia el pueblo.
Mientras, ese mismo pueblo debe arreglárselas todos los días para sobrevivir, padeciendo la falta de alimentos, de medicamentos, de ambulancias, el pésimo estado de los hospitales, y pare de contar.
En Cuba, sobrevivir se ha vuelto una labor realmente titánica.
Redacción de Cubanos por el Mundo