Esbirros al servicio del régimen castrista volvieron a cometer un atropello de grandes dimensiones recientemente, luego de interceptar y hasta robar al activista cubano, Pedro Quiala, en La Habana.
Durante la detención, le fueron confiscadas varias tarjetas y una suma considerable de dinero, específicamente 43.000 pesos.
Según relató Quiala en sus redes sociales, fue llevado a la unidad policial de Dragones, donde sufrió un trato humillante y amenazante, como suele ocurrir en estos casos de represión.
“Me detuvieron delante de todo el mundo, como si yo fuera un prófugo de la justicia, como si yo hubiera matado a alguien”, dijo el activista cubano en su testimonio.
De igual forma, mencionó que le dijeron que no debía regresar a ningún banco y que, si perdía su carné de identidad, no le sería permitido obtener un nuevo documento oficial en el país, como si no fuera su derecho.
El también colaborador de medios independientes como Diario De Cuba, reveló que los agentes lo acusaron de ser financiado por el imperialismo, una acusación que, ciertamente, ya se ha hecho costumbre entre los esbirros.
“Ese dinero me lo manda mi familia y amistades que me ayudan, ya que soy un hombre enfermo y necesito de alimentación y medicamentos”, insistió Quiala, agregando que la dictadura, como todo el mundo sabe, no ayuda en lo más mínimo.
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Finalmente, el activista hizo saber que los agentes lo amenazaron con encerrarlo en una prisión si se mantiene en el país.
Mientras cientos de delincuentes caminan a sus anchas por las calles del país, robando y asesinando, el régimen castrista sigue empeñado en perseguir a aquellos que no lo merecen, a quienes solo luchan por un país libre de tanta miseria y caos.
Redacción de Cubanos por el Mundo