Rusia ha reactivado su compromiso de modernizar el ferrocarril cubano, un proyecto que inicialmente se acordó hace siete años y que, tras varios intentos fallidos, vuelve a ser una prioridad en las relaciones entre ambos países. Serguei Pavlov, subdirector de la Unión de Ferrocarriles de Rusia (RZD), anunció recientemente en el Foro Económico Oriental de Vladivostok que se espera firmar un contrato este año para llevar a cabo la tan esperada modernización de la infraestructura ferroviaria en Cuba.
Este proyecto, que inicialmente se formuló en 2017 y se firmó en 2019, ha estado en pausa desde 2020 debido a las dificultades económicas y las restricciones derivadas de la pandemia en la isla. En su momento, la suspensión del proyecto generó incertidumbre sobre el futuro de las inversiones rusas en Cuba, especialmente después de que se supiera que solo una décima parte de los 60 proyectos conjuntos estaban en marcha.
El plan de modernización ferroviaria incluye la renovación de más de 1,000 kilómetros de vías, principalmente en la línea central entre La Habana y Santiago de Cuba, así como en otras rutas clave como la línea sur y el ramal entre Cienfuegos y Santa Clara. Uno de los aspectos más destacados de este proyecto es la reducción del tiempo de viaje entre La Habana y Santiago de Cuba de 20 horas a 12, lo que mejoraría significativamente la conectividad y eficiencia del transporte en la isla.
Así lo indica en una nota el portal independiente de noticias cubano 14ymedio, donde se destaca que a pesar del tiempo transcurrido, el plan original permanece en gran medida inalterado, lo que ha suscitado críticas sobre la falta de adaptación a los avances tecnológicos de los últimos años.
No obstante, agrega la nota, la RZD se ha comprometido a mejorar no solo la infraestructura, sino también la capacidad de transporte de carga y pasajeros, lo que podría impulsar el desarrollo económico en Cuba.
El renacimiento de este proyecto también se enmarca en el nuevo contexto geopolítico, donde las relaciones entre Rusia y Cuba se han estrechado aún más tras la invasión de Ucrania. Mientras tanto, China también ha mostrado interés en la modernización del transporte ferroviario cubano, firmando acuerdos para la recuperación de talleres ferroviarios, lo que indica una competencia entre las dos potencias por la influencia en la isla.
La renovación del ferrocarril cubano representa una oportunidad para que Rusia reafirme su presencia en la región y para que Cuba avance en la mejora de su infraestructura, aunque queda por ver si esta vez el proyecto se llevará a cabo con éxito.
Un resumen de lo sucedido entre Rusia y Cuba con relación a la modernización del ferrocarril en la isla
En los últimos años, Rusia ha intensificado su participación en la modernización del sistema ferroviario cubano, un esfuerzo que ha incluido la entrega de locomotoras, la rehabilitación de infraestructuras clave y la formación de técnicos cubanos en tecnología ferroviaria. Este proyecto es parte de una serie de acuerdos firmados entre ambos países para revitalizar un sector crítico de la economía cubana.
Uno de los hitos más importantes de esta cooperación fue el acuerdo firmado en 2016 entre la empresa estatal cubana Tradex y la empresa rusa Tvervagonnostroitelny Zavod para la compra de 68 coches de pasajeros. Este convenio se enmarcó en el plan de desarrollo del ferrocarril cubano, que pretendía mejorar el transporte de pasajeros y carga en la isla. Además, en 2019, la empresa rusa Sinara se comprometió a invertir 200 millones de euros en la modernización del ferrocarril cubano, lo que incluía la entrega de 75 locomotoras y la rehabilitación de más de 1,000 kilómetros de vías.
En enero de 2019, Rusia envió un lote adicional de siete locomotoras, alcanzando un total de 43 de las 75 prometidas. Estas iniciativas también incluyeron la introducción de ferrobuses, diseñados específicamente para adaptarse a las condiciones cubanas, con el fin de mejorar la eficiencia del transporte de pasajeros en rutas de menor densidad.
Rusia ha sostenido su compromiso con el desarrollo del ferrocarril cubano, considerando este proyecto como un componente esencial de su relación económica con la isla. A pesar de los desafíos económicos y logísticos, ambas naciones continúan colaborando para revitalizar el sistema ferroviario de Cuba, un sector clave que ha sufrido décadas de deterioro.
Estas iniciativas no solo buscan mejorar la infraestructura ferroviaria, sino también fortalecer los lazos políticos y económicos entre Cuba y Rusia, consolidando la presencia rusa en la región en un momento en que Cuba busca diversificar sus alianzas internacionales y en los que Rusia precisa de tener amigos cercanos en la región; especialmente Cuba, distante a tan solo 90 millas de los Estados Unidos.
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