En Cuba, la falta de inversión en medidas de seguridad y protección para los trabajadores en industrias de alto riesgo ha contribuido a un aumento en la incidencia de desastres mortales en el ámbito laboral. Esta situación ha sido denunciada por expertos y liderazgos sindicales, que culpan directamente al gobierno por su falta de voluntad para mejorar las condiciones laborales.
El reciente accidente en la fábrica de Cementos Cienfuegos, donde trabajadores resultaron gravemente afectados, es solo uno de los muchos incidentes que han puesto en evidencia la vulnerabilidad de los obreros cubanos.
Joel Brito, director del Grupo Internacional para la Responsabilidad Social Corporativa en Cuba (GIRSCC), citado en un reportaje realizado por Diario de Cuba, señala que durante los últimos cincuenta años, el régimen ha desatendido la necesidad de proporcionar recursos de protección adecuados a estos trabajadores. Brito también critica la preferencia del gobierno por invertir en el sector turístico en lugar de en la salud ocupacional de su fuerza laboral.
Esta desatención ha resultado en una falta de formación continua en seguridad y protección laboral, una práctica estándar cada tres meses en muchas partes del mundo. En contraste, en Cuba, los trabajadores de sectores críticos como termoeléctricas, industrias manufactureras, y centrales azucareros carecen de esta formación esencial. La tragedia del Hotel Saratoga, donde murieron 45 personas, es un triste recordatorio de las consecuencias de estas políticas negligentes.
La situación es agravada por el escamoteo oficial de estadísticas y una cultura de culpar a las víctimas en lugar de asumir responsabilidades. Además, la legislación cubana, aunque teóricamente completa en materia de seguridad y protección laboral, falla en su implementación. Según Brito, a la legislación le faltarían aproximadamente quince convenios internacionales de trabajo que no están ratificados por La Habana ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En el plano financiero, Valia Carbó Vázquez, del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, ha reconocido que muchas entidades no disponen de los fondos necesarios para adquirir equipos de protección adecuados. Esto se debe a una deficiente oferta en moneda nacional y la falta de divisas para comprar equipos que no se producen en el país.
Los líderes sindicales independientes han denunciado estas condiciones, exponiendo la indefensión de los trabajadores cubanos ante foros internacionales como la OIT. Han hecho un llamado urgente para que se implementen medidas concretas que garanticen la seguridad y la salud de los trabajadores.
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