Elena Congost, maratonista paralímpica española, vivió un momento conmovedor y a la vez desolador durante los Juegos Paralímpicos en París, donde se quedó sin medalla de bronce en su categoría T12.
A pocos metros de la línea de meta, su guía, Mia Carol Bruguera, sufrió un calambre y tropezó, momento en el que Congost tomó la decisión de ayudarlo a estabilizarse, priorizando ese momento por encima incluso de su gloria personal.
Sin embargo, al soltar brevemente la cuerda que los unía, cometió una violación del reglamento que provocó su descalificación, según las autoridades deportivas del evento.
Vale la pena mencionar que los atletas con discapacidades visuales, como Elena Congost, corren con un guía para mantener el curso correcto y deben sostener esta cuerda en todo momento.
En esta oportunidad, a pesar de cruzar la meta con más de tres minutos de ventaja sobre el cuarto lugar, este gesto humanitario le costó a Congost su derecho a recibir la anhelada presea.
“Me gustaría que todo el mundo sepa que no me han descalificado por hacer trampas, sino que me han descalificado por ser persona y por un instinto que te sale cuando alguien se está cayendo y es ayudar o aguantarlo”, fueron las declaraciones de la deportista, lógicamente afectada.
Cabe subrayar que Congost acumuló importantes logros en su carrera, incluido un oro en los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro en 2016, antes de tomar un descanso para formar una familia.
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Ahora, enfrenta el desafío de seguir adelante tras este revés de manera inesperada, en el que también ha recibido numerosos mensajes de apoyo.
En la carrera, la marroquí Fatima Ezzahra El Idrissi se llevó la victoria, mientras que Meryem En-Nourhi, de la misma nacionalidad, se quedó con la plata.
La japonesa Misato Michishita ocupó el tercer lugar, quedándose precisamente con el bronce que le arrebataron a Congost.
Redacción de Cubanos por el Mundo