Elisabeth Foley, quien fuera brutalmente atacada por un tiburón, tuvo la oportunidad de reunirse con las tres mujeres que desempeñaron un papel crucial en su salvación.
Naturalmente, Foley expresó ante esas personas su profunda gratitud: “No estaría aquí hablando contigo si no hubieras estado allí”, les dijo con emoción.
Vale la pena recalcar que la mujer, madre de tres hijos, fue atacada por un escualo durante unas vacaciones familiares en Watersound Beach.
Mientras disfrutaba de un día soleado en el agua, Elisabeth se encontró cara a cara con el depredador, momento en el que, a pesar de sus esfuerzos por nadar hacia la orilla, fue mordida en las piernas, lo que desató el pánico no solo en ella, sino también entre los presentes.
El temor creció al darse cuenta de que su mano estaba gravemente herida. Su hija, Laurel, de 17 años, fue testigo del ataque, describiendo la escena como desgarradora.
Afortunadamente, un grupo de bañistas, que resultaron ser profesionales médicos, corrieron a su encuentro. Posteriormente, llamaron al 911 y actuaron rápidamente, improvisando torniquetes con toallas y ropa para detener la hemorragia.
“Personas que no nos conocían simplemente clamaban para ayudar”, comentó Ryan, el esposo de Elisabeth Foley, mostrando su agradecimiento por la atención recibida.
Tras ser transportada de urgencia al hospital, Elisabeth pasó por 19 cirugías y se encuentra en el proceso de aprender a utilizar una prótesis de mano, con planes de cirugía reconstructiva en el horizonte debido a la mordedura del tiburón en la zona de su pelvis.
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Este reencuentro no solo brindó un cierre emocional a Elisabeth, sino que también sirvió como recordatorio del poderoso impacto que la bondad de extraños puede tener en momentos críticos.
Por otro lado, y pese a las fuertes heridas, la mujer puede considerarse afortunada de seguir en este mundo disfrutando de los suyos.
Redacción de Cubanos por el Mundo