El régimen castrista llevó a cabo, recientemente, la expulsión de otro opositor cubano, esta vez, del activista Jorge Cervantes García.
Así lo hizo saber el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), señalando que este nuevo atropello fue orquestado incluso sin avisar a la familia del afectado.
Cervantes, quien es coordinador del grupo Cuba Primero, fue trasladado de manera casi clandestina el 10 de septiembre, dejando a su familia desinformada sobre su paradero.
Vale la pena subrayar que, a lo largo de su trayectoria como activista, Cervantes ha enfrentado constantes represalias por parte de la dictadura, que incluyen detenciones arbitrarias y ataques dirigidos hacia su familia.
Como un miembro destacado de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), ha sido un objetivo frecuente de las fuerzas de (in)seguridad a servicio del castrismo, viéndose obligado a lidiar con amenazas y encarcelamientos por su labor en defensa de la libertad y los derechos humanos.
Este año, el opositor cubano llevó a cabo una huelga de hambre para protestar en contra de su detención injustificada, un método que había implementado anteriormente en 2017, donde estuvo 39 días sin alimentarse, lo que tuvo un impacto severo en su salud.
Después de haber cumplido 14 años de prisión, al finalizar su condena en 2010, continuó su activismo a pesar de la vigilancia constante y el hostigamiento por parte de las autoridades cubanas.
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Entretanto, cabe señalar que la expulsión de Cervantes es parte de una tendencia de represión de la tiranía, donde muchos opositores y periodistas han sido forzados al exilio como una táctica para silenciar cualquier forma de disidencia.
En Cuba, opinar libremente en contra del desastre provocado del régimen es un delito. Mientras tanto, los verdaderos delincuentes continúan matando, robando y violando sin ser perseguidos por nadie.
Redacción de Cubanos por el Mundo
