En Manicaragua, la situación de inseguridad ha alcanzado niveles alarmantes, especialmente para los agricultores locales que se sienten desprotegidos ante el aumento de la delincuencia.
Las autoridades del Ministerio del Interior (MININT), parecen más interesadas en supervisar a quienes critican al régimen que en afrontar problemas reales de seguridad, algo que, ciertamente, ocurre en cada rincón de Cuba.
Un claro ejemplo de esta inacción es el caso de Pedro Ramos Toscano, un anciano de 80 años que ha dedicado su vida a la agricultura.
Según contó Héctor Tol Etón en Facebook, el pasado 28 de agosto, Pedro acudió a la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) para reportar el robo de más de mil cangres de yuca que había cultivado.
A pesar de su preocupante situación, su denuncia fue tratada, como siempre, con completo desinterés en la PNR, al punto de simplemente ofrecerle un papel sin signos de formalidad o un comprobante que respaldara su queja.
“Hasta ahora le alegan que no hay pruebas que evidencie robo y que no se puede hacer nada, y sin comprobante no hay evidencia de una denuncia en la policía, o sea, que no hay nada de formalidad en la PNR”, añade la denuncia.
La frustración de Pedro, reflejada en su lucha por obtener justicia, es un eco de la decepción que sienten muchos campesinos, no solo de Manicaragua, sino todo el país.
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Esto se traduce que aquellos que se esfuerzan por producir alimentos se ven abandonados a su suerte, y pueden ser víctimas de la delincuencia miles de veces que igual no recibirán ayuda.
“Pedro actualmente siembra en una parcela de la entrada del Negrito en carretera a Güinía, pero muy decepcionado porque a costa de su sudor está viniendo la delincuencia y no se hace nada”, agrega.
Y es que, en la isla comunista, quienes trabajan duro por sus alimentos son tratados como delincuentes, mientras que los verdaderos malhechores matan y roban a placer, sin ser perseguidos por absolutamente nadie.
Redacción de Cubanos por el Mundo
