En el municipio de Playa, La Habana, un episodio alarmante dejó a muchos cuestionando la ética profesional de un veterinario.
Ocurrió cuando una residente, tras perder a su perrita de raza Pekinés, denunció la negativa de atención en una clínica veterinaria estatal, situada en la calle 29, entre 62 y 64, Buenavista.
La mascota, de cuatro años, presentaba problemas respiratorios severos y su dueña, en un intento desesperado por salvarla, acudió a la clínica en busca de ayuda.
Sin embargo, al llegar, se encontró con el veterinario, un hombre de unos 30 años, quien le manifestó que no podía atender a la perrita, ya que su llegada estaba fuera del horario de atención.
Sin mostrar ninguna preocupación o empatía ante la grave situación del animal, el “profesional” recomendó que se dirigiera a una clínica privada. Desafortunadamente, a tan solo dos cuadras de la institución, la perrita sufrió un paro respiratorio.
A pesar de los esfuerzos del equipo médico de la clínica privada por reanimarla, la mascota falleció tras más de media hora de intentos.
Naturalmente, este lamentable incidente ha desatado una ola de indignación en las redes sociales, especialmente en un grupo de Facebook dedicado a la protección de animales en Cuba.
Muchos usuarios criticaron rotundamente la falta de empatía del veterinario en un momento crítico, sugiriendo que quizás la vida de la perrita podría haberse salvado si se hubiera brindado atención inmediata.
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Entretanto, la afectada, bajo el nombre de Cyrex Vega, comunicó que su intención ahora es presentar una denuncia formal ante las autoridades pertinentes, buscando justicia no solo para su perrita, sino también para que se tomen medidas que eviten que situaciones así se repitan en el futuro.
La crueldad animal sigue latente en Cuba, y así como esta perrita, son muchos los peludos que han sufrido situaciones similares.
Redacción de Cubanos por el Mundo