El Zoológico de 26, ubicado en la barriada de Nuevo Vedado, en La Habana, enfrenta una situación preocupante, que ha dejado su fauna al borde del colapso.
Las familias que visitan el lugar salen horrorizadas por el deplorable estado, tanto de los animales como de las instalaciones.
La situación queda en evidencia, cuando los visitantes ven cebras esqueléticas, hipopótamos cubiertos de algas y leones que muestran las costillas.
“Solo hay más trabajadores que animales. Todo está vacío”, comentó Susana, a 14ymedio, una madre que visitó el zoológico con su hijo antes del inicio del curso escolar.
En su recorrido, observaron cómo el único hipopótamo del parque se acercaba a los visitantes en busca de alimento, incluso aceptando un trozo de chocolate que el niño arrojó sigilosamente.
“Todos los animales tienen hambre”, añade la madre, con temor por el comportamiento inusual del espécimen.
El deterioro del lugar es evidente y en comparación con visitas anteriores, Susana asegura que la cantidad de animales ha disminuido drásticamente, y los que quedan parecen estar en condiciones insalubres.
“El agua donde deberían estar los cocodrilos es un charco apestoso lleno de basura”, afirmó, mientras señala a tres reptiles apenas visibles entre la suciedad.
En lo que queda del zoológico, además del hipopótamo, sobreviven dos búfalos, cinco leopardos, cuatro leones famélicos y un oso recluso que apenas se deja ver. Un grupo de seis primates estira sus brazos a través de los barrotes, en lo que parece un pedido desesperado de comida.
Las aves, que antes aportaban color y vida al lugar, han desaparecido casi por completo debido a una epidemia que arrasó con su población. Solo cinco buitres sobreviven, observando con gula a los animales moribundos, quienes podrían convertirse en su fuente de alimento ante la falta de cuidados.
“Este lugar está agonizando”.
“Hace un tiempo había un toro marrón y un grupo de venados, pero ya no queda casi nada”, recordó la cubana mientras sale del parque, tomándole la mano a su hijo.
“El Gobierno no se compadece ni de las personas, mucho menos de los animales. Mejor sería que devolvieran a los pocos que quedan a su hábitat natural y cerraran este zoológico”, afirmó.
La cubana aseguró que mientras que iban saliendo del lugar se dio cuenta que un supervisor estaba regañando a los cuidadores de los animales, asegurando que ese lugar permanece abandonado totalmente.
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Redacción Cubanos por el Mundo
