La Central de Trabajadores de Cuba comenzó a establecer un control “ideológico y partidista” sobre las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) del país con la creación del “primer buró sindical para nuevos actores económicos”.
Esta medida forma parte de una estrategia más amplia del régimen comunista para ejercer dominio político sobre el sector no estatal y los trabajadores que operan fuera de su esfera de influencia.
Según el reporte de la prensa castrista, el nuevo buró se ha establecido en el centro recreativo El Castillito, en La Habana, y se centrará en el sector del comercio, la gastronomía y los servicios.
La iniciativa, que fue aprobada en noviembre de 2023 por el Secretariado Nacional de la CTC, busca fomentar la creación de secciones sindicales en diversas áreas de comercialización y en las propias MIPYMES, con el objetivo de aumentar los niveles de afiliación.
La comunista Isdalis Rodríguez Rodríguez, segunda secretaria de la CTC nacional, afirmó que el propósito principal es representar y organizar a todos los trabajadores, una misión que ha sido cuestionada debido a la histórica alineación de la CTC con las políticas oficiales y su capacidad de controlar el comercio a favor de la dictadura.
La castrista ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz Velásquez, resaltó que actualmente hay más de 250,000 trabajadores por cuenta propia y más de 6,000 MIPYMES en este sector, elevando el número total de trabajadores no estatales a más de 340,000, frente a aproximadamente 190,000 en el sector estatal.
El puesto a dedo de Cuba, Miguel Díaz-Canel también pretende que algunos comités del Partido Comunista de Cuba (PCC) y de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) se inmiscuyan en los negocios no estatales, pues asegura que hay falta de control sobre ciertos problemas, incluyendo la evasión fiscal, pero no habla de las verdaderas dificultades de los comerciantes como la inflación, la escasez de materia prima para la producción y la falta de apoyo del régimen comunista.
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Redacción Cubanos por el Mundo
