Mayan Lopez es la hija única del comediante y actor mexicano George Lopez y de la actriz y productora cubana Ann Serrano.
Creció en el centro de atención y ha pasado toda su vida lidiando con el desafío de ser una figura pública. Con padres divorciados, ha aprendido a preservar su vida privada a pesar de la constante exposición mediática. Ahora, decidió tomar el control y compartir su historia de forma genuina.
La trayectoria de una actriz auténtica
Mayan, con raíces cubanas, se hizo viral durante la pandemia con un TikTok donde respondía a comentarios sobre su padre y esto llamó la atención de una productora, que le ofreció desarrollar un show.
Actualmente, protagoniza, produce y escribe para Lopez vs Lopez, un programa que comparte con su padre y que ya va por su tercera temporada. La serie se graba frente a una audiencia en vivo, lo que le permite conectar de manera directa con el público.
Mayan destaca la importancia de esa conexión: “Están sintiendo esto contigo, es una motivación tan maravillosa. La gente está llorando y riendo. El arte te hace sentir”, aseguró en una entrevista para Vogue.
Herencia cubana y superación personal
Mayan reconoce que ser una figura pública y pasar por un divorcio es complicado, especialmente cuando se hace frente a los medios. Aun así, aprendió a encontrar su identidad propia, más allá de la de sus padres.
La conexión con su madre cubana y la historia de sus abuelos maternos, quienes emigraron a los 15 años, le ha dado una perspectiva única sobre la resiliencia y la fortaleza que caracteriza a la cultura cubana.
“Creo que en las culturas mexicana y cubana siempre encontraremos una manera de sobrevivir, ya sea a través de esa ferocidad, o el fuego que tenemos en todos nosotros”, expresó con orgullo. Es evidente que Mayan valora profundamente sus raíces, y esto se refleja en su trabajo y en su vida personal.
Autenticidad como motor de éxito
A través de su serie y de sus intervenciones públicas, Mayan ha hablado de temas como la importancia de ir a terapia y la deconstrucción de la masculinidad frágil, abordando aspectos que antes eran tabú. Aunque su camino parece haberse definido con un poco de suerte, Mayan siempre tuvo la certeza de que llegaría lejos.
“Siempre supe que estaba destinada a algo más y eso me ayudó en tiempos más oscuros”, confesó. Ambas compartimos la creencia en el poder de la manifestación y la espiritualidad. “Soy un poquito bruja”, bromeó.
Su orgullo por representar a la comunidad latina, tanto mexicana como cubana, es una motivación constante, aunque reconoce que no es posible complacer a todos. Sin embargo, esa presión es lo que la impulsa a seguir adelante.
Mayan se siente agradecida por lo que ha logrado hasta ahora, desde su aparición en el programa de Kelly Clarkson, pasando por su participación en RuPaul’s Drag Race hasta leer nominaciones para los Globos de Oro.
“Cuando conduzco por Sunset Boulevard, en Hollywood, veo nuestra cartelera y empiezo a llorar porque estoy muy agradecida por todo lo que he podido recibir y eso solo me da más motivación para seguir haciendo el trabajo y seguir montando esta ola”, relató.
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Redacción Cubanos por el Mundo
