Las promesas incumplidas y la falta de acción efectiva por parte de las autoridades han generado una creciente desconfianza hacia las instituciones.
Para muchos cubanos, las columnas de quejas en los periódicos son su última esperanza de ser tomados en cuenta, aunque las respuestas, en la mayoría de los casos, brillen por su ausencia.
En medio de la crisis económica, social y estructural que atraviesa Cuba, cada vez son más los ciudadanos que recurren a medios oficiales como única vía para expresar sus quejas y frustraciones ante las promesas incumplidas por las autoridades. Uno de los espacios que ha ganado notoriedad en este sentido es la Columna Acuse de Recibo, del diario oficialista Juventud Rebelde, donde se exponen casos de ciudadanos que se sienten desamparados y sin respuestas efectivas de las instituciones gubernamentales.
Olegario Labrada López: un caso de impunidad ganadera
Uno de los casos más recientes es el de Olegario Labrada López, residente de Puerto Padre, en la provincia de Las Tunas. Labrada, de 64 años y con serios problemas de salud, ha denunciado repetidamente la presencia de ganado suelto en las inmediaciones de su hogar, lo que ha causado daños a su propiedad. Según relata, dos vecinos de la zona permiten que su ganado mayor paste libremente en áreas cercanas a la carretera y la vía del tren, situación que ha provocado múltiples incidentes. Uno de los más graves ocurrió en mayo de 2022, cuando una vaca destruyó una planta de guayaba de su propiedad. Tras llamar la atención a uno de los dueños del ganado, Olegario fue insultado y amenazado, lo que llevó a una sanción leve contra el responsable. Sin embargo, los animales continuaron deambulando sin control.
A pesar de las numerosas quejas formales que Labrada ha presentado ante las autoridades de la Agricultura, la Fiscalía y el Partido en el municipio, no ha recibido una respuesta concreta ni soluciones efectivas. Incluso, los propios inspectores y registradores pecuarios le recomendaron que tomara fotografías como prueba para actuar. Olegario cumplió con esta solicitud, pero nuevamente, la inacción fue la constante. Su caso refleja la frustración de muchos cubanos que, ante la falta de respuestas, empiezan a perder la fe en la justicia que alguna vez les prometió la Revolución.
Evelio León Díaz: entre juntas de refrigeradores y la erosión de las costas
Otro caso notable es el de Evelio León Díaz, residente de Guanabo, La Habana. En julio de 2023, Evelio denunció a través de Acuse de Recibo los abusivos precios de las juntas de los refrigeradores Haier, distribuidos como parte de la Revolución Energética en 2006. Según relata, muchas familias cubanas dependen de estos equipos, cuyas piezas de repuesto se han vuelto prácticamente inaccesibles debido a su elevado costo. La falta de control sobre los precios de estas juntas, que llegan a alcanzar hasta 17,000 pesos en sitios de compraventa, es una de las quejas más recurrentes en la isla.
Pero Evelio no se limita a los problemas domésticos. También ha alzado su voz respecto a la erosión de la playa de Guanabo, que ha ido perdiendo metros de arena debido al aumento del nivel del mar. Aunque la Tarea Vida, el plan gubernamental para enfrentar el cambio climático, incluye la protección de las costas, Evelio denuncia que no se ha avanzado lo suficiente. La falta de pasarelas para evitar el deterioro de las dunas es un claro ejemplo de la inacción de las autoridades. En una reciente actualización de su carta, Evelio lamenta que, pese a sus advertencias, “ya las pasarelas que requerían mantenimiento casi no existen”.
Jorge Vidal Sánchez: sin agua en pleno corazón de La Habana
El caso de Jorge Vidal Sánchez, residente en el municipio Plaza de la Revolución, refleja otra cara de la moneda. Vidal ha denunciado repetidamente la falta de agua en su edificio desde junio pasado. Según su relato, Aguas de La Habana retiró el suministro de agua por gravedad que recibían, favoreciendo a las oficinas de Palmares, una entidad estatal colindante. A pesar de haber acudido al delegado del Poder Popular, a Aguas de La Habana y al Partido, la situación no ha mejorado.
En su carta, Jorge ironiza sobre la precaria situación en la que viven los residentes del edificio, quienes se han visto obligados a depender de la buena voluntad de sus vecinos para abastecerse de agua. “Vivimos en un edificio fantasma, haciendo una maestría de gorgojos”, dice con tono mordaz. A pesar de algunos intentos aislados por parte de las autoridades para resolver el problema, el agua sigue sin llegar de manera regular, mientras que la cisterna de Palmares se desborda de forma constante.
A mediados de octubre de 2024, Jorge volvió a escribir a Acuse de Recibo, agradeciendo la publicación de su queja, pero lamentando que la situación no ha mejorado. El delegado del Poder Popular ha intervenido en varias ocasiones, pero los resultados siguen siendo insatisfactorios. Jorge concluye su carta con una pregunta que, sin duda, resuena en muchos cubanos: “¿A quién acudir entonces?, ¿quién se sensibiliza?”.
Estos tres casos son solo ejemplos de los cientos de cubanos que, desamparados por las instituciones, recurren a los medios oficialistas para intentar ser escuchados.
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