Canal Habana ha confirmado a través de sus redes sociales que el Sistema Electroenergético Nacional (SEN) de Cuba, como unidad integrada, ya no existe.
Según lo informado en la tarde del domingo, tras la desconexión del sistema, la Unión Eléctrica ha implementado una nueva estrategia (supuestamente) para crear varios subsistemas independientes por regiones, en un intento de garantizar la estabilidad en caso de futuros fallos.
Las provincias del occidente, incluyendo La Habana, recibirán energía de la termoeléctrica de Mariel, apoyada por una patana ubicada en el mismo lugar, grupos fuel y la generación distribuida en el occidente. La termoeléctrica de Santa Cruz también jugará un papel en este abastecimiento.
En el centro, la termoeléctrica Guiteras, en conjunto con generación distribuida, proveerá electricidad a Matanzas, Cienfuegos y Villa Clara. Para el resto de las provincias del centro, la planta de Nuevitas y otros emplazamientos de generación distribuida tomarán la responsabilidad.
Finalmente, el oriente será energizado por la planta de Renté, una patana en la bahía de Santiago y las instalaciones de Moa, además de la termoeléctrica Felton cuando vuelva a estar operativa.
Esta nueva distribución fragmentada del sistema eléctrico es una señal preocupante del deterioro de la infraestructura energética del país, evidenciando la imposibilidad de mantener un sistema nacional unificado.
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Entretanto, son los habitantes de Cuba, los de a pie, los que deben “pagar los platos rotos” de la ineficiencia del régimen castrista, no solo a nivel eléctrico, sino prácticamente en cada uno de los sectores.
Desde hace varios días, el pueblo de la mayor de las Antillas atraviesa un infierno por el apagón general, muchos viendo como sus alimentos (que tanto cuestan conseguir) se van a la basura por falta de refrigeración.
Redacción de Cubanos por el Mundo
