Mientras Cuba se hunde cada vez más en una crisis humanitaria sin precedentes, marcada por la escasez de alimentos, el colapso del sistema de salud y la represión política, algunos artistas cubanos han optado por levantar la voz y denunciar lo que sucede en la isla.
Sin embargo, otros prefieren sumergirse en la comodidad de sus éxitos internacionales, ignorando por completo la difícil realidad que atraviesa su país.
Este es el caso de Cimafunk, quien, a diferencia de voces como la de Haydée Milanés, ha optado por vivir en una burbuja de enajenación, centrado únicamente en sus intere$e$ personales.
En un reciente post de Instagram, Haydée Milanés lanzó una dura crítica a la situación en Cuba, describiendo el colapso total de los servicios públicos y la falta de atención médica que está costando la vida de muchos cubanos. Hizo referencia a la creciente desigualdad social y al abandono de los ciudadanos por parte de un régimen que no rinde cuentas. Milanés no titubea al denunciar la realidad cubana y exigir un cambio, con un mensaje claro y valiente que refleja su profundo compromiso con su país.
Cimafunk, por su parte, parece estar en otro mundo. En su más reciente publicación, lejos de hacer eco de la grave situación de la isla, se limita a celebrar su éxito en un concierto en Nueva York, rodeado de otros artistas y hablando de la “gozadera” que vivieron.
No hay una sola mención a Cuba, ni una palabra de apoyo a su pueblo, ni una crítica al régimen. ¿Acaso es consciente de lo que pasa en su país? ¿O simplemente ha decidido ignorarlo porque no conviene a sus intere$e$?
Este silencio resulta no solo decepcionante, sino también indignante. Cimafunk, quien se ha beneficiado del orgullo de ser un artista cubano, ahora parece más preocupado por su carrera internacional que por el sufrimiento de su propio pueblo.
Al mantenerse al margen, está traicionando a quienes lo siguen desde Cuba, que viven una realidad cada vez más desesperante. No se puede celebrar el éxito personal cuando tu país se desmorona, cuando miles de cubanos se van a la cama sin comer o son encarcelados por expresar su opinión.
En tiempos de crisis, las figuras públicas tienen una responsabilidad moral. Cimafunk ha decidido ignorar esa responsabilidad, demostrando que su compromiso no está con el pueblo cubano, sino con su bolsillo. Al parecer, el único lenguaje que entiende es el del dinero, y mientras pueda seguir acumulando éxitos fuera de Cuba, prefiere mirar hacia otro lado.
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Redacción Cubanos por el Mundo