En medio de la visita del puesto a dedo Miguel Díaz-Canel a San Antonio del Sur, en Guantánamo, un joven que se encarga de 29 niños en una escuela especial le expresó de frente su frustración por el abandono tras la crisis por el huracán Oscar.
Angustiado, relató su amarga experiencia y cómo evacuó a sus cinco hijos antes de que la tormenta golpeara la región, dejando a su cargo a los otros menores.
Esta decisión, sin embargo, se volvió arriesgada a medida que las inundaciones aumentaban, y el joven se sintió desamparado en su empeño por proteger a los niños.
El incidente siguió inmediatamente a las declaraciones de Díaz-Canel, quien aseguró que “ningún cubano ha sido abandonado” durante el desastre, cuando realmente las imágenes demuestran todo lo contrario.
En respuesta a esta afirmación, el joven le informó que las autoridades habían prometido el envío de un equipo de rescate que nunca apareció, dejando a los niños en una situación crítica.
“Nos dejaron solos allí”, dijo, reconociendo que fue gracias a su valentía y la colaboración de otros que lograron poner a salvo a los menores.
“El gobierno nos llevó allí (en la escuela especial) y nos dejaron solos. Dijeron que iban a dejar un equipo para en caso de que el río se desbordara y nos dejaron solos. Yo tuve que rescatar a estas personas con ayuda de otro”, agregó.
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El dictador trató de justificar (como siempre) las pésimas acciones de las autoridades, pero el joven permaneció escéptico.
Es importante recalcar que Guantánamo fue severamente afectada por el paso del huracán Oscar, y hasta el día de hoy, la situación permanece tensa, con varios fallecidos ya reportados y con personas que siguen buscando desesperadamente a sus seres queridos.
Redacción de Cubanos por el Mundo