Dos ancianos cubanos residentes de Guantánamo, relataron su amarga experiencia durante el azote del huracán Óscar en la región, ocurrido hace ya un par de semanas.
En San Antonio del Sur, una mujer llamada Ramona recordó cómo la tormenta se llevó más que sus pertenencias; la puso a prueba de formas que nunca imaginó.
El testimonio llegó en un video compartido por el Daniel Ross Diéguez, encargado de documentar lo que ocurre en dicha zona.
VIDEOFue el 20 de octubre cuando Ramona se encontraba en su hogar, alrededor de las 4:00 de la madrugada, y el agua comenzó a inundar su casa.
Despertada por la fuerza del ciclón, su primer instinto fue salvar lo que pudo, pero la corriente rápidamente se llevó sus cosas. La situación empeoró cuando intentó abrir la puerta, solo para ver cómo la fuerza del agua la arrastraba.
A medida que el agua subía, se aferró a las persianas, adaptándose a la creciente inundación. Su valentía fue evidente mientras luchaba por mantenerse a flote en su propio hogar.
“Según el agua iba creciendo… El agua pa’ arriba y me iba sujetando de la segunda, de la tercera, hasta donde llegó el agua. Todo ese tiempo nos cogió ahí” , dijo.
Ramona no fue la única persona en serio peligro que peleó con todas sus fuerzas. Un hombre de 80 años también enfrentó su propia batalla, quedándose sentado sobre una silla, aferrándose a un mueble mientras escuchaba voces a su alrededor, sintiendo que la situación era crítica.
Su angustia se palpaba en el aire mientras la tormenta rugía. “Escucho gente hablando, me estoy ahogando” , fueron sus palabras.
La salvación llegó en forma de dos jóvenes que, con una soga, se lanzaron al agua en un acto heroico. “Estamos vivos gracias a ellos” , expresó Ramona, profundamente agradecida por el valor de los chicos.
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A pesar de que el huracán Óscar solo alcanzó la categoría uno en la escala Saffir-Simpson, su impacto fue devastador, dejando un rastro de destrucción y ocho fallecidos en la provincia de Guantánamo.
A día de hoy, la comunidad sigue tratando de recuperarse del duro golpe. Unos lloran a sus familiares, mientras que otros buscan a personas desaparecidas.
Redacción de Cubanos por el Mundo