El líder opositor cubano y preso político, José Daniel Ferrer, lleva más de 20 meses sin recibir visitas familiares, una situación que refleja la creciente presión del régimen cubano sobre él.
Como se recordará, Ferrer, quien fue arrestado en julio de 2021 mientras intentaba unirse a las protestas que marcaron un antes y un después en la isla, se encuentra actualmente en aislamiento total en la prisión de máxima seguridad de Mar Verde, en Santiago de Cuba.
Desde su encarcelamiento, su familia ha denunciado múltiples abusos, incluidos tratos inhumanos y el deterioro de su salud.
En ese sentido, la activista Ana Belkis Ferrer, hermana de José Daniel, declaró a Martí Noticias que las autoridades cubanas le han negado continuamente el derecho a recibir visitas familiares, tanto conyugales como regulares, y que en los últimos meses este derecho le ha sido completamente bloqueado.
Además, el líder de la UNPACU no tiene acceso a llamadas telefónicas y ha sido mantenido en condiciones extremas de aislamiento, sin contacto con otros prisioneros y sin luz solar, según informes de su esposa, Nelva Ismaray Ortega.
A pesar de estas dificultades, José Daniel Ferrer ha rechazado varias ofertas de destierro, afirmando que prefiere morir en prisión antes que abandonar su patria.
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En el mismo orden de ideas, cabe subrayar que la única visita que Ferrer recibió recientemente ocurrió en septiembre, cuando el arzobispo de Santiago de Cuba, Dionisio García Ibáñez, logró verlo.

Desde su secuestro, ha tenido contacto con su familia solo en 11 ocasiones y ha recibido visitas conyugales en 9 oportunidades. La última vez que pudo comunicarse con su esposa y su hijo fue en marzo de 2023.
No obstante, el opositor se mantiene firme en sus ideales, y pese a la terrible tortura física y psicológica, el régimen no ha podido quebrarlo.
Redacción de Cubanos por el Mundo