El Oriente de Cuba sigue sacudido por réplicas de los fuertes terremotos registrados el pasado 10 de noviembre, que dejaron un saldo de 10 heridos y daños significativos en alrededor de 3.750 edificaciones.
Hasta la mañana del domingo, el Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (CENAIS) contabilizó 4.060 réplicas, de las cuales 101 pudieron ser perceptibles en la población cercana a la zona activa, ubicada al sureste de Pilón, según informó Enrique Diego Arango Arias, jefe del servicio sismológico nacional.
De acuerdo con el CENAIS, en las últimas 24 horas se registraron 80 movimientos sísmicos con magnitudes entre 1.5 y 3.1 en la región de Pilón-Chivirico (Granma), cinco más de 1.0 a 1.8 en Santiago-Baconao y dos en Imías, de 2.2 y 2.4.
Los sismos principales, de magnitudes 6 y 6.7 en la escala de Richter, afectaron especialmente a la provincia de Granma, aunque también fueron sentidos en otras provincias orientales y regiones del centro de la isla.
El régimen cubano reconoció que los daños totales en viviendas, combinando los efectos de estos terremotos con los recientes huracanes Oscar y Rafael, ascienden a 46.400 afectaciones en seis provincias: Guantánamo, Artemisa, Mayabeque, La Habana, Santiago de Cuba y Granma, además de la Isla de la Juventud.
Según datos preliminares ofrecidos por el ministro de la Construcción, René Mesa Villafaña, se han registrado 8.612 viviendas dañadas específicamente por los terremotos, incluyendo 156 derrumbes totales y 5.968 daños menores, pero las cifras de la dictadura comunista no son completamente reales, porque siempre tratan de esconder la realidad.
Las autoridades castristas instan a la población a mantenerse alerta y seguir las recomendaciones de seguridad, ya que la actividad sísmica en la región aún no ha cesado completamente, sin mencionar el abandono que mantienen los cubanos en Guantánamo afectados por el huracán Oscar.
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Redacción Cubanos por el Mundo