La provincia de Santiago de Cuba vive una de las crisis energéticas más severas de su historia reciente, con un suministro eléctrico limitado a solo tres o cuatro horas diarias para los hogares.
Esta situación es el resultado de un déficit sostenido en la generación de electricidad, que deja a la región con una producción de apenas 20-30 megavatios (MW), frente a una demanda que ronda los 200 MW, según la Unión Eléctrica (UNE).
Para garantizar ese mínimo suministro al sector residencial, las autoridades castristas decidieron apagar temporalmente circuitos priorizados, incluyendo aquellos que alimentan hospitales, los cuales deberán operar con grupos electrógenos.
La medida, anunciada por la UNE es una falta de respeto para los habitantes de Santiago de cuba que se ven afectados ante esta situación.
El resto del país sigue con apagones, y actualmente, nueve plantas térmicas permanecen fuera de servicio, dejando un déficit de 1,421 MW a nivel nacional, según el último informe de la UNE.
En Santiago, la situación se agrava por la inoperatividad de la mitad de las unidades de la termoeléctrica Renté y de la patana Erin Sultan, que no genera electricidad por falta de combustible.
Los cubanos han utilizado las redes sociales para exigir solución a la problemática que los mantiene viviendo en tinieblas.
Muchos de los comentarios en las redes sociales están dirigidos a Beatriz Johnson Urrutia, primera secretaria del Partido Comunista en Santiago, responsabilizándola de la situación y la falta de soluciones.
Los santigueros también aseguran que provincias como La Habana experimentan cortes de menor duración.
“¿Hasta cuándo el abuso? Si no pueden resolver los problemas del pueblo, renuncien”, escribió un residente, mientras otros cuestionaron el destino del combustible y pidieron reconsiderar alianzas internacionales para mejorar la situación energética.
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Redacción Cubanos por el Mundo