El municipio de Pilón, en la provincia de Granma, enfrenta consecuencias tras un nuevo sismo de magnitud 4.2, que se registró al suroeste de esta localidad a una profundidad de 10 kilómetros.
Este movimiento telúrico, perceptible en varios municipios de Granma y Santiago de Cuba, empeoró los daños en estructuras afectadas por los terremotos del pasado 10 de noviembre, evidenciando la vulnerabilidad de las edificaciones no solo en esas regiones, sino en toda la isla.
Uno de los casos más llamativos ocurrió en la Sala de Televisión de la comunidad de Coorcovado, donde se observaron grietas significativas que incrementan el riesgo estructural. Evaristo Pardo Fonseca, trabajador local, compartió imágenes que muestran este deterioro.
Este sismo, ocurrido en un contexto de intensa actividad sísmica en las últimas semanas, es parte de una serie de eventos que ha mantenido en tensión en todo el país.
Desde los fuertes terremotos de magnitudes 6.0 y 6.7 del 10 de noviembre, el Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (CENAIS) reportó 4,559 réplicas, de las cuales 106 han sido perceptibles, siendo esta la más reciente y de mayor impacto en las comunidades afectadas.
La percepción del sismo no se limitó a Pilón. Localidades como Media Luna, Manzanillo y Niquero también reportaron el movimiento, lo que generó una rápida reacción en redes sociales.
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Los residentes compartieron imágenes, testimonios y alertas, reflejando el nivel de preocupación ante un evento que, aunque no dejó víctimas humanas, sigue afectando profundamente la vida cotidiana y poniendo en serio peligro la integridad física de todos.
No obstante, a pesar de los constantes sismos, y del evidente estado de las edificaciones en Cuba, el régimen sigue haciendo caso omiso y, mientras todo se viene abajo, ellos solo se preocupan por darse sus lujos.
Redacción de Cubanos por el Mundo