Llerena fue un acérrimo detractor de la candidatura republicana desde que se conociera la nominación de Donald Trump a la carrera presidencial (Foto: composición Cubanos por el Mundo)
La rotunda victoria de Donald Trump ha generado no solo la alegría de republicanos por todo Estados Unidos y de luchadores contra dictaduras socialistas en Latinoamérica, sino también movimientos estratégicos de influencers demócratas más hacia el centro.
Ese es el caso del activista de redes sociales Félix Llerena, de 28 años de edad, que se identifica a sí mismo como “político” aún cuando no hay registros de que haya sido electo u ostente ningún cargo público hasta la fecha.
Llerena, estudiante de Marxismo-leninismo en Cuba antes de llegar a los Estados Unidos y autodeclararse como representante de la Juventud por Cuba ante la OEA, fue un acérrimo detractor de la candidatura republicana desde que se conociera la nominación del republicano a la carrera presidencial, y llegando a ofender a votantes hispanos que rechazaban la candidatura de Kamala Harris.
“Escalador” y “Oportunista”: así está cambiando la casaca tras el triunfo de Donald Trump
Sin embargo, la retórica antitrumpista de Llerena iría amainando en las horas posteriores a la certificación de los resultados de la elección presidencial, cuando Trump no solo ganaba el colegio electoral, sino también el voto popular.
Tanto así que en su perfil de X pasó de compartir mensajes directamente de la cuenta oficial del recién electo presidente a repetir frases que caracterizaron su campaña como “Ley y orden”.
Contrario a su retórica en los últimos meses sobre los potenciales peligros que representaría una segunda administración de Trump Llerena escribió en su perfil de X: “Bienvenido nuevamente Presidente @realDonaldTrump”.
Siempre respetaré la institucionalidad de la nación.
La constitución y el mandato del pueblo estadounidense siempre será lo que defenderé.
Varios usuarios en redes sociales definieron la transición de Llerena como propia de un “escalador”, “oportunista”, y de una “criatura del pantano”, como el propio Trump ha caracterizado a individuos genuflexos, que hacen todo por quedar bien con quienes gobiernan en cada mandato.
