La violencia en Cuba, específicamente en la provincia de La Habana, desatada por las fuerzas de INseguridad del régimen castrista, se recrudeció nuevamente cerca de la CUJAE, donde civiles fueron brutalmente agredidos por represores.
Según denunció Pablo Mendoza en su cuenta de Facebook, los enfrentamientos entre la población y los efectivos de la policía fueron más intensos que nunca, sin respetar absolutamente nada.
“¿Hasta cuándo lo de ustedes con el pueblo? No creen en niños, mujeres o ancianos. Miren esto en la CUJAE, cómo tratan como animales a las personas. No les basta con la necesidad que hacen pasar al pueblo, también los tienen que maltratar. Mi pueblo necesita libertad”, escribió.
Los hechos ocurrieron durante la venta de gasolina de forma independiente, una actividad ante la escasez de combustible, y también una de las pocas formas de ganar dinero que tiene el cubano de a pie.
Sin embargo, lo que parecía una operación rutinaria de los ciudadanos se transformó en un ataque violento. Testigos reportaron el uso de armas de fuego por parte de los agentes, quienes dispararon indiscriminadamente contra los presentes, incluidos mujeres y niños que intentaban dispersarse.
Además, se denunciaron golpes a las mujeres y un claro abuso de poder por parte de la policía, que no dudó en agredir a los civiles para disuadir la venta no autorizada.
Pruebas del incidente incluyen varias fotografías que muestran casquillos de bala en el lugar, así como videos grabados por los presentes, donde se aprecian disparos y el uso de escopetas.
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Las imágenes confirman lo que muchos cubanos temen: la represión y los abusos continúan de manera impune.
Este ataque se inserta en un contexto de creciente violencia y represión por parte de las autoridades cubanas, que no solo se limitan a la persecución política, sino también hace uso de la fuerza desmedida contra quienes no lo merecen.
Lamentablemente, casos como estos no ocurren solo en La Habana, sino en cada rincón de la isla comunista.
Redacción de Cubanos por el Mundo
