Un robo ocurrido el sábado por la noche en el agromercado El Caballo Blanco, ubicado en el municipio San Miguel del Padrón, La Habana, dejó como saldo a un custodio gravemente herido.
Durante el asalto, el trabajador fue apuñalado entre cuatro y seis veces, con una de las heridas perforando un pulmón y provocándole un neumotórax. Actualmente, se encuentra hospitalizado en estado crítico.

Reportes indican que el ataque comenzó cuando el custodio intentó frustrar el robo lanzando piedras a los asaltantes, quienes, tras retirarse momentáneamente, regresaron para agredirlo violentamente. Posteriormente, los delincuentes sustrajeron sacos de arroz y carne del establecimiento.
Inicialmente, circuló información errónea que indicaba el fallecimiento del custodio; sin embargo, las autoridades confirmaron más tarde que logró sobrevivir al ataque.
Gracias a las cámaras de vigilancia del lugar, los responsables del asalto fueron identificados y posteriormente detenidos.
Naturalmente, este hecho generó un clima de alarma en la población, que denuncia un incremento en los niveles de violencia y criminalidad en Cuba, especialmente contra custodios y trabajadores de establecimientos públicos.
Recientemente, en Santiago de Cuba, por ejemplo, se reportó la agresión que sufrió una custodio del hospital infantil, demostrando que la delincuencia se sigue apoderando de todo, sin respetar género o edad.
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En su momento, el periodista Yosmany Mayeta Labrada precisó que la víctima, una mujer que trabajaba durante el turno nocturno, fue asaltada y herida por dos jóvenes en un ataque sorpresivo.
Mientras situaciones como estos se presentan a menudo en La Habana, Santiago de Cuba, y realmente en cada rincón de la isla, el régimen castrista sigue ordenando a sus sicarios la represión contra los inocentes, cuando los verdaderos delincuentes hacen sus fechorías sin ser perseguidos por nadie.
Redacción de Cubanos por el Mundo