Nuevos elementos han surgido sobre el caso de Jorge Luis Pérez Ochandarena, el cubano cuyo cuerpo fue encontrado en un cementerio de Andaluz, un pequeño pueblo en Soria, España.
La Guardia Civil confirmó su identidad y vinculó su muerte con dos detenidos: una mujer que había sido su pareja en Cuba y un hombre conocido como el “Lobo de Tajueco”, quienes ahora enfrentan cargos por homicidio y desmembramiento.
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Como se recordará, los restos de Pérez Ochandarena fueron hallados junto a la iglesia de Andaluz después de meses de investigaciones que incluyeron el uso de imágenes satelitales, como las de Google Street View.
Estas evidencias señalaron un vehículo supuestamente empleado durante el crimen, lo que ayudó a localizar a los implicados.
La mujer fue detenida en Arcos de Jalón, donde trabajaba como vigilante nocturna, mientras que el hombre fue capturado en Tajueco, una localidad cercana.
El caso tomó un giro inesperado cuando se reveló el trasfondo de la relación entre los tres involucrados. Años atrás, el cubano víctima del horrible homicidio mantuvo una relación con la mujer en la isla.
Tras su ruptura, esta inició un romance con el “Lobo de Tajueco”, quien llegó a la isla en 2013. Posteriormente, la pareja contrajo matrimonio en España, aunque se separaron tiempo después.
A pesar de ello, ambos conservaron un vínculo cercano, con ella ayudándole en tareas cotidianas debido a las precarias condiciones en las que él vivía.

En enero de 2023, Pérez Ochandarena llegó a España y retomó contacto con su expareja, conociendo también al “Lobo de Tajueco”.
Durante el verano de ese año, la relación entre los tres parecía amigable; incluso, el cubano colaboró en el bar donde el español trabajaba como encargado.
Sin embargo, el ambiente cambió drásticamente en el otoño, derivando en tensiones que coincidieron con la desaparición del cubano en noviembre.
Un primo de Pérez Ochandarena denunció su desaparición luego de recibir mensajes sospechosos enviados desde el teléfono del desaparecido, en los que afirmaba que dejaba Soria tras conocer a una mujer. El familiar dudó de la autenticidad de estos mensajes y alertó a las autoridades.
Finalmente, un año después, los restos de Pérez Ochandarena aparecieron, y ahora su familia exige justicia.
Mientras la investigación continúa para esclarecer completamente los motivos detrás del crimen, la pequeña localidad de Andaluz sigue conmocionada por la brutalidad del caso.
Redacción de Cubanos por el Mundo